El fenómeno del polizón, no es algo nuevo; sin embargo, en los últimos años ha tomado mayor relevancia, no solamente en las vías del departamento, sino a nivel nacional. Estos individuos, conocidos como «viajeros clandestinos», se transportan ilegalmente pegados de tractomulas; una práctica que no solo viola las normas de seguridad vial, sino que también pone en peligro la vida de aquellos que la llevan a cabo.
Generalmente los polizones, son jóvenes que, en su afán de buscar una forma de transporte gratuito, se aferran a la parte trasera o se suben a estos vehículos de carga, sin el consentimiento del conductor.

Si bien la problemática no es exclusiva de Risaralda, en los últimos años es más recurrente, lo que ha generado una gran preocupación. No obstante, las autoridades parecen hacerse los de la «vista gorda» ante esta situación, lo que agrava el problema.
Por consiguiente, es urgente que las autoridades tomen medidas para abordar la problemática, dado que está en juego la vida de quienes acostumbran a viajar de esta manera. Es necesario implementar estrategias efectivas para disuadir esta peligrosa práctica. Asimismo, se requiere una mayor concientización sobre sus riesgos.