Con el propósito de brindar una atención correcta y no generar más dolor al que ya supone perder un hijo, en el Congreso de la República avanza el proyecto de ley “Brazos Vacíos”.
En entrevista con El Diario, Ángela Muñoz, directora de la fundación JIC, señaló que “no podemos evitar que la muerte llegue en muchos casos, pero con una atención adecuada, sensible y compasiva, que cuide la salud mental de la mujer y la familia, podremos ayudar a cambiar la forma en que ellos iniciarán su duelo”.
Cifras de esta fundación muestran que en el 2019 se registraron en el país 37.785 muertes fetales y 4.520 defunciones neonatales, para el 2020 fueron 33.108 y 4.232 respectivamente.
Es importante destacar que las defunciones fetales son aquellas que ocurren durante el embarazo entre la semana 1 y la 40, mientras que las neonatales tempranas dentro de los primeros siete días después del nacimiento y las tardías entre el octavo y el vigesimoctavo día después del nacimiento.
Cuando se habla de duelo perinatal, hay que señalar que es la respuesta de dolor y aflicción emocional y psicosocial que se produce tras la muerte de un bebé esperado, en cualquier momento del embarazo o el parto, así como su muerte dentro de los 28 días subsiguientes al nacimiento.
Proyecto de ley
Con la iniciativa “Brazos Vacíos” que ya fue aprobada en segundo debate del Senado, se busca que el Ministerio de Salud y Protección Social, expida un lineamiento técnico para la atención integral y el cuidado de la salud mental de la mujer y la familia en casos de duelo perinatal aplicable a todos los actores del sistema de salud en Colombia que tengan a cargo la atención materno perinatal y de salud mental.
Desde la fundación mencionada, se viene prestando ayuda psicológica a las víctimas de estas defunciones, incluso han recolectado casos que ponen los pelos de punta.
“Me dejaron con toda mi parte de abajo desnuda y con mi hijo muerto envuelto en una bata dentro de un platón, en un pasillo al frente de la sala de maternidad, esperando, sola. Todo el mundo nos miraba, yo nada más me acuerdo de verle la cara a todas las embarazadas y yo no podía parar de llorar, con mi bebé muerto, viendo cómo nacían todos los otros bebitos llorando”. “El doctor me dijo: no china su bebe ya se murió, igual está muy joven y va a poder tener otro”. “En el hospital tuve a mi hijo fallecido en mis brazos al lado de muchas madres con sus hijos vivos, escuchando su llanto y viendo a las madres amamantarlos, me quería morir viendo a mi bebé con sus ojos cerrados e inmóvil, usted tiene que hacerse a la idea de que no es mamá, usted no tiene un hijo, usted solo estuvo embarazada y lo perdió”. Estos fueron algunos de los relatos recogidos por la fundación JIC.
Pie de foto: En Colombia son muy pocos los hospitales y clínicas que prestan un trato humanizado a las madres y familias que perdieron a su bebé, eso es lo que se busca, entre otras situaciones, cambiar con el proyecto de ley “Brazos Vacíos”.