Contra el pronóstico aún de los expertos más pesimistas, el Producto Interno Bruto del país en el trimestre julio-septiembre pasado, entró en el terreno negativo al arrojar un resultado, según el informe que acaba de entregar el DANE, de menos 0.3% frente al mismo período del 2022.
Este registro significa la primera caída del indicador sin duda más importante de la economía de cualquier país, desde el cuarto trimestre del 2020, cuando fue del menos 3,5% y Colombia y el mundo entero empezaban a sufrir los devastadores efectos, en todas las actividades empezando por las económicas, de la pandemia.
Si se hace caso omiso de este trimestre cuyo mal comportamiento fue lógico y fácilmente entendible, el resultado que acaba de arrojar el tercer trimestre de este año, es el peor desde la crisis financiera de 1999 y es la primera vez que la economía del país retrocede en el presente siglo.
La cifra negativa que acaba de entregar el DANE es fundamentalmente el resultado de la fuerte caída en cinco de las doce actividades medidas y en las que la construcción, con un registro negativo de menos 8%, fue la de peor comportamiento, seguido de la industria manufacturera que decreció el 6.2%, del comercio, reparación de vehículos, transporte y almacenamiento; y del alojamiento que lo hicieron en menos 3.5%; de la información y comunicaciones que tuvo una variación negativa de 1.6% y de las actividades profesionales, científicas y técnicas que se contrajeron en el 0.8%.
Los únicos sectores que tuvieron un comportamiento positivo fueron el de Administración pública y defensa, salud y educación que creció el 5.3%, el de actividades artísticas, de entretenimiento y recreación que tuvo una variación positiva del 4.9%, el de explotación de minas y canteras con un crecimiento de 3.5% y el de suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado; y distribución de agua que aumentó el 2.5%.
Al márgen de todas estas cifras hay una que preocupa especialmente a los analistas y es el comportamiento de la inversión. Según el DANE el desplome de la formación bruta de capital fue del 33.5% dentro del cual se destaca un retroceso del 11% en la inversión en bienes y servicios, uno de los principales motores de la economía.
No son buenos, pues, los resultados que se acaban de conocer sobre el comportamiento de la economía, como tampoco son halagadoras las condiciones que rodean las distintas actividades económicas como las tasas de interés y la alta inflación, y las anunciadas políticas del Gobierno en materia económica, y que hacen ver un panorama poco claro para el país.
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