La semana pasada en su habitual columna de opinión en este periódico, el exalcalde y presidente de la Sociedad Bolivariana de Pereira, Ernesto Zuluaga Ramírez, propuso la creación del Museo Rodrigo Arenas Betancourt como un homenaje al artista y escultor antioqueño, pero tan vinculado a esta tierra pereirana.
El maestro Arenas Betancourt no solamente es el autor del mayor símbolo de la Ciudad, “El Bolívar Desnudo” que posa desde hace 60 años en la plaza principal, sino que Pereira es el segundo lugar que más abriga obras y expresiones culturales de quien es, sin duda alguna, uno de los escultores más importantes que ha tenido el país.
El maestro Arenas Betancourt no solamente es el autor del mayor símbolo de la Ciudad, “El Bolívar Desnudo”, sino que Pereira es el segundo lugar que más abriga obras suyas.
En la plazoleta principal de la Universidad Tecnológica está una de sus obras más emblemáticas, “El Prometeo Encantador”, representada por una figura humana en posición horizontal como símbolo de la libertad y que recuerda la agonía del héroe mitológico, condenado por haber robado el fuego sagrado. La iglesia de Maraya guarda reverente “El Cristo sin Cruz” una obra de dos metros de altura que es la representación del dolor y de la muerte; y en la la Avenida Circunvalar está “El Hombre de Fuego” una escultura del Maestro hecha como un homenaje a Pereira, a sus fundadores, emigrantes antioqueños, y al trabajo.
Y no menos importantes y significativos son “El Prometeo” considerado como protector de la civilización humana y de la tierra, y que representa el sacrificio y la libertad, y el mural en mosaico “El Campesino y la Seguridad Social” que cubre la fachada de ingreso al edificio del antiguo Seguro Social.
Pero la cercanía y los vínculos del Maestro nacido en las breñas fredonitas, no se limitó a realizar por encargo las muchas obras que reposan en los distintos lugares de la Ciudad, sino que aquí pasó temporadas, aquí compartió con los artistas pereiranos largos ratos de bohemia y de amenas charlas sobre cultura, arte y literatura, y aquí, lo revela el doctor Zuluaga Ramírez en su columna, tramitó su cédula de ciudadanía.
Razones hay, pues, suficientes de sobra para rendirle un homenaje que supere las fronteras de una condecoración, exaltación que entre otras cosas recibió en vida con alegría y gratitud, y que quede como testimonio del valioso aporte que le hizo a la Ciudad en el campo de la cultura, de las artes, de la literatura, del humanismo, del libre pensamiento y, también, de la vida sencilla, austera y lejos del boato.
Por eso, desde este espacio nos sumamos con entusiasmo a ese viejo anhelo de la Ciudad, revivido y alentado ahora por la Sociedad Bolivariana de Pereira, en buenas hora orientada por el exalcalde Ernesto Zuluaga, de crear el “Museo Rodrigo Arenas Betancourt”, como testimonio de gratitud con quien tanto le aportó a Pereira.