Muebles viejos
(Editorial Planeta) de Roberto Pombo que es quizás el analista político mejor informado del país. Él que más se ha acercado a las intimidades del poder en Colombia. En este libro, el periodista utiliza ese conocimiento privilegiado para dirigirse a los expresidentes de Colombia mediante cartas personales. Dice de César Gaviria que “me parece muy triste que un personaje tan importante como usted esté teniendo un final político tan triste y lánguido. Aferrado a un poder y a un partido que casi ya ni existen; reivindicando, desde el oficialismo liberal un apego a la burocracia y al manzanillismo. Y las maneras, presidente, el estilo arrogante y poco sosegado, a veces la falta de compostura”. De recomendada lectura esta obra.
Líbranos del bien
(Seix Barral ) de Alonso Sánchez Baute. Publicada hace quince años, en 2008, Líbranos del mal ha sido llamada la gran novela sobre la violencia entre vecinos. En esta versión, reeditada y reescrita en muchos de sus apartes, la voz de Josefina Palmera es prominente para contarnos el destino de dos muchachos que crecieron, codo a codo, pupitre contra pupitre, y terminaron en ejércitos macabros como las Farc y las Autodefensas Unidas de Colombia. El destino de Ricardo Palmera, alias Simón Trinidad, y de Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40, esta en estas páginas que nos enseñan que toda literatura es fuente de verdad, y que solo la imaginación moral nos permite llegar al corazón de personajes que no conocemos y a rincones oscuros en donde nadie ha podido entrar.
Muertas de amor
(Tusquets) de Triunfo Arciniegas que narra el gozoso entierro de un payaso y la búsqueda infructuosa de un impenitente seductor, la inesperada boda de Olivio Cáceres al rematar un encuentro de escritores de provincia en la frontera y su misteriosa muerte unos meses después, los viajes a Lejanías, territorio de mujeres bellas y otros milagros, y las sorpresas de Numancia, donde los caballeros pierden la cabeza y las damiselas arrancan el corazón a los incautos. Además, la incertidumbre de un libro que se transforma en cada lectura y el consuelo de un hijo inventado para sostener el hilo de los días, el trágico destino de unos muchachos embelesados y humillados en los senderos de la locura y la sangre y la última estación de una pareja en una ciudad sumergida en el caos.
Solo teníamos el día y la noche
(Ariel) de Leonel Giraldo y Fernando Wills. El mundo estaba convulsionado. Los estudiantes se tomaban las calles: en Mayo del 68 en Francia, contra la guerra de Vietnam en Estados Unidos, en Tlatelolco contra la violencia del gobierno mexicano, en Praga contra los tanques rusos invasores, en Panamá por la recuperación del Canal, en Colombia contra la reforma universitaria. Los hippies imponían el pelo largo, se escuchaba a los Beatles y los Rolling Stones, a Willie Colón y a Silvio Rodríguez. El Che Guevara y Camilo Torres eran símbolos de nuevos ideales. Este libro recoge los testimonios de un centenar de Descalzos. Ellos recuerdan su prodigioso sueño de juventud con la sensación de que vivirán para siempre.
El oráculo térmico
(Seix Barral) de María Antonia León. Propone un viaje a una región arrasada por la catástrofe natural y psíquica, en la que los personajes, como en una obra de danza Butō, andan en círculos, transitando la frontera entre la vida y la muerte, el engaño y la empatía, la enajenación y la cordura. En su primera novela, María Antonia León ha sabido darle alas a Amanda, quien renuncia a todo, encara su libertad y va en busca de sí misma, llevada de la mano de una mujer loca, acaso la más razonable de las criaturas en una geografía olvidada por Dios, sacudida por el espanto y gobernada por oscuros patriarcas.
La herejía de Miguel Ángel
Él también lo hizo
(Ediciones B) de Gina Parody. Rosa, la secretaria del presidente de la República, era la mujer más poderosa de Colombia. Sin embargo, para tener este estatus, tuvo que hacer algunas concesiones, que la fueron llenando de angustia y resentimiento. En el 2020, en plena pandemia del Covid-19, el hijo del presidente busca a Rosa en Nueva York, donde se ha refugiado los últimos años, y vuelve a abrir unas heridas que ella creía sanadas. Es una novela política que se enmarca en la discusión del #MeToo, en la que la autora nos muestra el envilecimiento que se vive en las esferas del poder, en un mundo en el que las víctimas suelen ser vistas como culpables.
Alias
(Lumen) de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. Compartieron cincuenta años de amistad literaria, buena parte de los cuales los pasaron encerrados, escribiendo juntos. Eran el mismo otro: un tercer escritor, inasimilable a uno tanto como al otro, profundamente excéntrico. De ahí que Bustos Domecq y Suárez Lynch -los alias con que formalizan la existencia del Tercer Escritor- sean algo más que seudónimos. Son escritores de derecho, tan autores como los autores que los inventaron y descubrieron la posibilidad prematura, y por eso doblemente fascinante, de esa experiencia de balbuceo, inestabilidad y desequilibrio que Adorno llamó “estilo tardío”, y que los artistas, según él, sólo alcanzaban una vez que eran dueños absolutos de sus medios artísticos.
Rafael Núñez
(Taurus) de Indalecio Liévano Aguirre. “Muchas veces se ha querido juzgar al poeta con criterio meramente retórico, cuando la verdad es que en Núñez el poeta, el hombre privado y el hombre público están indisolublemente ligados .Así lo comprendió Liévano Aguirre y ese, para mí, es el mejor acierto literario y psicológico de su obra. Con certero instinto vio dónde estaba la mejor clave de interpretación de la personalidad del doctor Núñez y nos presenta en su biografía una figura profundamente humana, alimentada siempre por fuertes e implacables pasiones, por un cálido sentido de la vida, por rencores, venganzas, ambiciones y sensualidades que ejercían influjo decisivo sobre lo que pudiera considerarse como mera orientación política”. Eduardo Santos.
Ocho días de mayo
(Taurus). 30 de abril de 1945. En un búnker en las profundidades de la cancillería del Tercer Reich, Adolf Hitler y Eva Braun se suicidan. Pero la Alemania nazi sobrevive, la guerra no ha terminado. Todo parece detenerse y, sin embargo, todo se mueve a un ritmo frenético. Volker Ullrich relata jornada a jornada este tiempo y adentra al lector en un mundo que se derrumba, lleno de drama, violencia, esperanza y miedo. Los siguientes ocho días, entre los más turbulentos de la historia, fueron testigo de las batallas finales de la Segunda Guerra Mundial y el colapso de la Wehrmacht, pero también de las últimas marchas de la muerte, de una epidemia de suicidios y violaciones masivas y de la desesperada huida de los peces gordos nazis.