Alberto Rivera ació en Quinchía pero su bautizo lo afincó en el occidente del Viejo Caldas. De ingeniero mecánico y docente universitario para ganarse la vida, terminó hilando fechas y acontecimientos, además rescatando nombres perdidos e historias para que la memoria de hoy no los olvide. Y su reciente libro “Crónicas de Opirama. Sotanas, guapos…