El fin de semana pasado se dio rienda suelta a los dulces, las bombas y la programación especial por parte de empresas y alcaldías con el propósito de celebrar el día de la niñez en Colombia. Hubo fiesta, payasos, inflables, pero como dice un cantautor centroamericano, a ellos ni les preguntaron.
Debieron comenzar por preguntarles si desayunaron o almorzaron debidamente durante la semana para ir al colegio, porque las cifras son realmente aterradoras que con derrochar color y alegría momentánea no desaparecerán por arte de magia en medio del show.
Mucho circo y poco pan
Según las estadísticas del historiador y economista Walter Benavides Antía, que 6.916 colombianitos menores de 5 años padezcan la desnutrición aguda es razón para cancelar las celebraciones y ocupar esos recursos en buscar cómo llegar a ellos con nutrición de emergencia.
Y que a esa tragedia de cifra nacional, el departamento de Risaralda aporte 205 menores de edad, una cifra más alta de la que reportan Casanare, Meta, Vichada y Arauca, cuando esta es una de las regiones despensa de Colombia y esos departamentos están más alejados del gobierno y las políticas centrales históricamente. Pero deja todavía con menos aliento para cualquier análisis que de la cifra departamental, Pueblo Rico aporte 90 y Pereira 48 casos, mientras que Dosquebradas 21.

Sin estímulo por la vida
Cuando una noche cualquiera, después de una pesada jornada su hija de 10 años, le suelta la perla de que varias de sus compañeritas se quieren suicidar, lo único que da es malestar estomacal de pensar ¿qué entorno le estamos entregando los adultos a los más pequeños para que sientan tal desprecio por la vida a tan temprana edad?
Porque en cuanto a este delicado tema, este departamento no sale mejor librado que en el anterior. Entre los casos relacionados con menores en Risaralda, el 37% de los registros y el 63% a las niñas, que casi los duplican ¿por qué? es la pregunta que debería ocupar a la sociedad y enfocar los esfuerzos en hallar las causas para atender la grave situación. Se ha identificado que la autodeterminación de acabar con la vida empezaba a los 12 años, pero desde 2021, la Secretaría de Salud de Risaralda evidenció que la edad se adelantó y ahora hay registros de menores de 8 años que de alguna forma materializan la idea.
Si los casos corresponden a influencia o retos de las redes sociales quiere decir que los niños están en una desatención parental que pasa todo límite. No están tan lejos los terribles casos de 2019, cuando los niños no habían tenido que soportar el estrés de una Pandemia, la violencia de un Paro Nacional y mucho menos enfrentar la desesperanza que le siguió a estos dos fenómenos, porque parece que las autoridades de salud mental miran para otro lado cuando en los colegios los profesores hablan en repetidas ocasiones de los altos niveles de violencia y baja tolerancia con los que retornaron los estudiantes después del aislamiento.
Dato
El 55% de los casos de desnutrición se presentaron en área rural dispersa, el 34% en las cabeceras municipales y el 10% en centros poblados.
Cifra
54% de la población infantil con hambre en Risaralda, corresponde a niños y el 46% son niñas.