En la capital risaraldense y el Municipio Industrial abundaban los guaduales, sin embargo el crecimiento urbanístico sin planificación, la inconsciencia ciudadana que ha transformado estos lugares en auténticos basureros y la contaminación ambiental producida por el ser humano, han hecho que estos espacios sean cada vez más escasos y los que aún quedan de pie presentan un panorama desolador.
Con el propósito de salvar los guaduales en las localidades mencionadas, a través de la resignificación y cuidado de los mismos, la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Cárder), las alcaldías de Pereira y Dosquebradas, firmaron un acuerdo de intención, por medio del cual se busca convertir varios guaduales en la región en senderos ecológicos.
Bajo la premisa “Lloran los guaduales, vamos a convertirlos en lugares felices”, Julio César Gómez, exdirector de la Cárder, señaló que la idea con este acuerdo de intención, es que se le haga el mantenimiento adecuado, que se les ponga luz, que sean adornados con mesas y sillas, para que la gente de los barrios pueda venir a estos sitios.
Dentro de este trabajo mancomunado, se estableció que la Cárder hará la adecuación y embellecimiento de los guaduales y las administraciones municipales con el apoyo de la comunidad, se encargarán de su mantenimiento y manejo.
Un estudio de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP), señala que en la capital risaraldense, un inventario preliminar, arrojó que en la ciudad hay 98,06 hectáreas en guaduales, distribuidos en 202 fragmentos, ubicados en 427 barrios distribuidos en las 19 comunas que conforman el área urbana de la localidad.
Importancia de los guaduales
Los guaduales no solo embellecen a Pereira y a Dosquebradas, estos espacios juegan un papel fundamental en diferentes aspectos ambientales.
Por ejemplo, los bosques urbanos de Guadua prestan servicios ecosistémicos que son fundamentales en la conservación y protección de cuencas hidrográficas, realizando la regulación de caudales.
Además cumplen funciones ecológicas importantes como la protección del suelo, refugio para la biodiversidad y secuestro de carbono.
Señala el estudio de la UTP que “en las zonas ribereñas con cobertura de Guadua también es mejor la retención de agua en el suelo y la infiltración hacia capas profundas, lo que contribuye a la regulación y estabilidad del caudal de agua. También cumplen un papel importante en la dinámica de conservación de suelos como otro de los tantos servicios ecosistemicos que brindan; Las funciones ecológicas asociadas a estos bosques y relacionadas con el movimiento, regulación y/o almacenamiento de agua se cumplen de manera apropiada y contribuyen a la funcionalidad de los guaduales a nivel del paisaje”.
Los guaduales también son una especie de capa protectora contra el calor, ya que al interior de estos la sensación térmica es 3 grados menos que sí se esta directamente expuesto al sol.