“La historia y la cultura campesina nos ayudan a comprender el origen del conflicto armado en Colombia y, en general, de la historia del siglo XX, que tuvo como una de las principales problemáticas las migraciones campo-ciudad”.
El Diario habló con el secretario de Desarrollo Agropecuario del Departamento de Risaralda, Juan Carlos Toro Castellanos, y compartió datos valiosos del estado actual del campesinado en nuestra región.
DEPARTAMENTO RURAL
Un 80% está conformado por el sector agropecuario, con 145 mil hectáreas productivas, donde el café, el plátano, el cacao, la caña panelera y el aguacate hacen parte de los cinco principales cultivos de este departamento.
Entendiendo que el café es el principal dinamizador de la economía rural, el año pasado fueron cerca de 800 mil millones de pesos valió la cosecha cafetera.
También se encuentra con productos importantes de exportación como el aguacate que es exportado a diferentes países del mundo, la panela orgánica que se saca del Municipio de Quinchía y se va a Italia, donde cerca de 30 toneladas son enviadas mensualmente.
PARA LOS CAMPESINOS
Desde la secretaría de Desarrollo Agropecuario departamental se prestan varios servicios como la visita de inspección agropecuaria con profesionales como ingenieros agrónomos, médicos veterinarios, zootecnistas, ingenieros ambientales y otros perfiles comerciales, financieros, contadores y abogados.
Este equipo multidisciplinario tiene como fin prestar la asesoría técnica que cada uno de los productores u organizaciones legalmente constituidas lleguen a necesitar. Otros servicios son la entrega de maquinaria e insumos, ayudas de ola invernal, en materia de ayudas cafeteras la secretaría ha entregado tostadoras, implementos para fortalecer los laboratorios.
Para los cultivadores de plátano se está construyendo una planta en el sector de La Marina, beneficiando al sector occidente.
En el sector rural hay un poco más de 200 mil personas que habitan los 14 municipios del departamento.
LOS CAMPESINOS HABLAN
Fernando Mendoza, es un campesino que habita con su esposa y sus cinco hijos en el corregimiento de La Florida, en su casa tiene un pedazo de tierra que también trabaja con sus manos. Don Fernando despierta a las seis de la mañana, alimenta sus animales y cumple con los deberes de la casa, después se va a su lugar de trabajo donde trabaja por porcentaje, cumple su labor hasta que llueve, entonces debe irse para guardarse del agua, cuando el firmamento vuelve a abrir, regresa para seguir trabajando en el cultivo de cebolla, cilantro, fríjol y pepino relleno.
En La Florida tiene una venta de sus productos, es bueno para él porque no tiene intermediarios, aunque la economía para él y su familia no está nada fácil, de hecho, tiene una tierra disponible para sembrar, pero no cuenta con los recursos para la primera siembra, realizó una solicitud hace 20 días al Banco Agrario, pero no ha recibido respuesta.
“Necesitamos platica para poder trabajar, porque en este momento lo que está produciendo la tierra no da para uno sostenerse, ni para comprar abono, ni semillas”.
La única ayuda estable con la que cuenta es la venta de sus cosechas los domingos y festivos, el dinero que recoge lo utiliza para pagar deudas y comprar comida, pero, para poco alcanza.
LAS SEMILLAS Y EL ABONO
La mayoría de las semillas que los campesinos compran son transgénicas y por esta razón deben utilizar toda la línea de productos fertilizantes y de abonos que día a día incrementan su valor, afectando la economía del campesino risaraldense.
Hace un par de meses una libra de semillas valía 22 mil pesos y en este momento vale 35 mil pesos. Una opción que tienen los campesinos para enfrentar el alto costo de las semillas transgénicas es comprar las semillas plántulas, aquella planta que se encuentra en sus primeros estudios de desarrollo.
MUJER CAMPESINA
Olga Lucia Alba Lancheros, es una mujer campesina qué habita en el corregimiento de La Florida, respecto a la vida de la mujer del campo.
“Una mujer que vive en el campo debe madrugar a las 5:00 de la mañana a hacer las labores para despachar los hijos y al esposo con el desayuno y el almuerzo, y luego hacer la comida para llevarle al esposo al lugar donde trabaja, él es agricultor, al regresar a la casa siguen las labores del hogar… uno se entretiene con el jardín, aunque en la casa hay mucho por hacer”, dice.