La semana anterior la senadora Karina Espinosa del partido liberal, radicó el proyecto de ley denominado ‘Cero cacho’, que aparte de pretender empezar una cruzada contra la infidelidad, que según la proponente es la causante de que muchos hogares se acaben y que por ende muchos niños colombianos queden en familias monoparentales con todas las repercusiones que esta situación conlleva.
Sin importar que el proyecto vaya más allá de ser en sí mismo un decálogo por los valores y las buenas costumbres, como la prevención del consumo de sustancias psicoactivas, el acoso escolar, matoneo, la violencia de género y violencia intrafamiliar, no conducirá a nadie a pagar multas o prisión por serle infiel a la pareja, mientras que el costo de la UTL (Unidad de Trabajo Legislativo) de la senadora se podría invertir en temas concretos.
Los pro y contra del proyecto
En el marco teórico u objetivo del proyecto se lee que “Para efectos de la presente ley se entenderá por ‘cacho’ toda conducta nociva, penosa, incorrecta, inmoral, penosa que una persona comete hacia otra, que amenaza la institución familiar, puede afectar la salud física o mental de una o varias personas y que deteriora el tejido social”.
Las personas que han conocido de esta propuesta se han expresado en varios sentidos: el primero, que los temas que pretende regular el proyecto ya se encuentran estipulados en otras leyes, menos el de la infidelidad; lo segundo, que los senadores ganan mucho dinero para que resuelvan necesidades puntuales como la salud, educación o el empleo, porque de una decisión tan íntima solo le incumbe al protagonista.
Cabe recordar que en este sentido, el exdirector de la Policía Nacional, también quiso inferir en el comportamiento fiel de sus subalternos y el tema tampoco fue bien recibido. Al parecer, los colombianos se sienten más afectados por el ataque al tema como tal, que a las repercusiones que la misma definición aporta.
Un doloroso asunto que se normalizó
Este proyecto que según declaraciones de su proponente no quiere hacer punibles las conductas, sino reconstruir el tejido social, porque la infidelidad no se ha visto como tema de salud pública, ya que destruye familias, genera depresión, suicidios y homicidios.
Es que no hay que ir muy lejos, usted le ha preguntado a su hijo ¿cuántos compañeritos viven con ambos padres? Si no es que el suyo solo vive con usted o su expareja. Por eso hizo énfasis en que el futuro son los niños y por este motivo se deben educar, pero ahí entra el dilema de que la educación en valores parte es desde el hogar y un hogar fragmentado en plato servido para una adolescencia difícil y en riesgo para el consumo de sustancias.
Pero si en ese núcleo de la sociedad los niños han tenido que presenciar problemas y separaciones, ni recomendaciones, ni cátedra en el colegio bastarán para cambiar las experiencias vividas. Y según la senadora Espinosa, a la paz solo se puede llegar por medio de los niños, ellos son el futuro de la humanidad y Colombia debe ser capaz de educarlos con principios y valores. Pero la ‘Cero cacho’ es una iniciativa que nació muerta en una sociedad que tiene que resolver cuestiones fácticas antes que morales.
Lo que dice la experta
Este polémico tema fue consultado con la psicóloga Diana Milena Londoño, quien observó en la propuesta varias cosas: “La infidelidad es un tema del que se podría hablar un día entero, desde la psicología se puede decir que de los dolores fuertes que enfrenta el ser humano está la traición”. Londoño también aclaró que hay diferentes tipos de infidelidad (amantes, aventura, patológicos infieles).
“Por medio de una infidelidad se puede terminar transmitiendo a los hijos cargas inconscientes que no les corresponden y esto los puede llevar a dejar la escolaridad a medias o a crecer con vacíos por situaciones que no se supieron manejar y lo que entiendo por esta ley es que busca educar y reconstruir, lo cual es fundamental, ya que si bien los valores empiezan por la casa, es en la escuela y el colegio donde se refuerzan”.
Para terminar la psicóloga dijo que un ser humano jamás va a hacer daño a otro cuando se le ha sabido educar desde el amor y lo que es causarle daño a otro, se piensa dos veces antes de cometer una acción de estas. “Pero también diríamos que la infidelidad es natural al ser, porque conociendo de religión y tradiciones lo hacen, se podría decir que una ley hará menos. La infidelidad es una decisión, no se puede obligar a otro a ser fiel”.
¿Dónde se deben enseñar los valores?
Juan Manuel Cañas
“En la casa, porque en el hogar se crean los principios que hoy en día se han perdido mucho”
Argenis Ávila
“Eso es desde la casa, porque la educación es desde los padres hacia los hijos”.
Germán Zuleta
“Primero que todo en la casa, porque ahí es donde uno se forma, donde está el calor
humano”.