El mundo del arte y la cultura se encuentran de luto tras la repentina partida de uno de los artistas más icónicos del siglo XX.
En la mañana de ayer falleció a sus 91 años, el reconocido pintor y escultor colombiano, Fernando Botero, a causa de una neumonía que lo llevó a ser hospitalizado en el norte de Italia, donde residía desde hace décadas.
Botero Angulo nació en Medellín, el 19 de abril de 1932. Era hijo de David Botero y Flora Angulo. Aunque no fue criado en una familia creyente, el arte llegó a su vida a través de la religión.
En 1938, Fernando Botero inició sus estudios de primaria en el Ateneo Antioqueño y posteriormente cursó el bachillerato en el Colegio San José de Marinilla y en la Bolivariana.
En 1944, asistió a una escuela de tauromaquia en la plaza de La Macarena de Medellín, pero debido a un accidente con los toros decidió abandonar esta actividad. Poco después, el reconocido artista creó su primera obra, una acuarela de un torero.
El reconocido escultor comenzó su carrera como ilustrador para el periódico local El Colombiano, donde logró financiar sus estudios. Sin embargo, su pasión por el arte lo llevó a escribir un artículo sobre el famoso pintor Pablo Picasso, por lo que fue expulsado del Colegio Bolivariano. No obstante, continuó su formación en el Liceo de la Universidad de Antioquia. A lo largo de su carrera tuvo la oportunidad de viajar y aprender en estudios de escultura en Pietra Santa, Italia, así como en estudios de pintura en ciudades como París, Nueva York y Montecarlo.
Botero logró reconocimiento a nivel nacional e internacional por su estilo único, el cual se caracterizaba por elaborar figuras voluminosas, que posteriormente recibieron el título de ‘Boterismo’.

“Sus figuras volumétricas exageradas, no solamente le dieron el título de ‘Boterismo’ a su estilo, sino que nos llevaron a otros contextos, y representaron a Colombia de otra manera. Siento que eso fue lo más importante de Botero”, señaló Carolina Cubillos, coordinadora de actividades del Museo Lucy Tejada.
A su vez, la coordinadora destacó que el mayor legado del artista fue que logró llevar sus obras a cada rincón de este planeta. “Estar presente en cada plaza con una de sus grandes esculturas, nos hizo estar orgullosos, no solamente de Fernando Botero, sino de ser colombianos, porque nos representó y llevó una imagen contraria a la que siempre manejan en el mundo de Colombia”.
MUSEO DE ARTE DE PEREIRA

En el año 2013, el Museo de Arte de Pereira albergó la exposición titulada ‘Viacrucis’, en la cual se presentaron 27 óleos en diversos formatos, tanto de gran tamaño como más pequeños, así como 23 dibujos realizados en carboncillo, algunos con sanguina y pastel. Los dibujos fueron exhibidos en la sala del sótano del museo, mientras que las pinturas se mostraron en la sala principal y en el tercer piso.
Esta exposición presentó una de sus series inspiradas en un tema religioso: la Pasión de Cristo. A través de su técnica pictórica y su estilo formal característico, el artista ofreció su propia interpretación de las diferentes escenas del Calvario y el Viacrucis. “Realmente la única relación que tuvo el maestro con la ciudad, fue esa exposición que se hizo en ese momento”, dijo Alejandro Garcés.
¿CÓMO FUE LA RELACIÓN DE FERNANDO BOTERO CON PEREIRA?
Según Germán Ossa, crítico de arte y crítico de cine, la relación del maestro Fernando Botero con Pereira fue nula, ya que él nunca vino a Pereira. A pesar de haber expuesto una de sus obras más significativas en el Museo de Arte de Pereira.

“Botero fue un hombre que se negó incluso a donarle una obra a Pereira, sencillamente por celos, debido a la competencia con Rodrigo Arenas Betancourt. Esto impidió que Pereira tuviera la posibilidad alguna vez de tener una escultura de formato grande en espacio público de Fernando Botero”, explicó el crítico de arte.
Agregó que “él dijo que, si Pereira tenía tanta obra de Rodrigo Arenas Betancourt, no merecía tener una obra suya”.
LA PÉRDIDA DE SU HIJO
En 1970, en la ciudad de Nueva York, nació su hijo Pedro Botero, conocido cariñosamente como ‘Pedrito’, su nacimiento coincidió con el creciente éxito y renombre a nivel mundial, convirtiendo al antioqueño como el escultor más cotizado del planeta.
Sin embargo, en 1974, cuando‘Pedrito’ apenas tenía cuatro años, ocurrió una tragedia que marcó profundamente la vida de la familia Botero.
Un accidente de tráfico en España, cobró la vida de su amado hijo. La muerte de Pedro Botero dejó una profunda huella en el trabajo artístico de Botero, que comenzó a reflejar cambios significativos, considerados por la crítica como manifestaciones de la pérdida y el dolor que experimentó.
“La pérdida de Pedrito es tal vez la parte de la vida de Fernando Botero que más le impactó. Casi pierde los dedos de una mano por tratar de evitar que ese accidente provocara la muerte de su hijo, esto le impidió pintar durante mucho tiempo, pero las pinturas de Pedrito, es lo que más le ayudó al maestro Fernando Botero a animarse a seguir trabajando por el arte en nuestro país”, declaró Ossa.
EL LEGADO
El maestro Fernando Botero, dejó un valioso legado a través de las obras que donó a diversas instituciones. Su amor por su país natal, especialmente por Antioquia, lo llevó a realizar donaciones tanto en Colombia como en otras partes del mundo, con la esperanza de ser recordado a través de sus esculturas.
Una de las primeras donaciones que hizo fue al Museo de Antioquia, donde entregó siete obras en lienzo, incluyendo un pastel y dos acuarelas. Además, en 1998 donó 123 obras al Banco de la República, junto con otras 87 de artistas internacionales, lo que permitió la creación del Museo Botero en Bogotá.
En la plaza Botero de Medellín, se pueden apreciar 23 de sus obras, para que tanto locales como visitantes disfruten del arte y la cultura. Entre las obras donadas se encuentran ‘Mujer con fruta’, ‘Gato’, ‘Adán’, ‘Eva’, ‘Caballo’, ‘Mujer con espejo’ y ‘Mujer sentada’, entre otras.
Además, en el Museo Nacional, se pueden apreciar esculturas como los ‘Obispos muertos’ y el ‘Árbol’. Asimismo, en ciudades como Cartagena, se puede visitar la ‘Mujer acostada’ y ‘Gertrudis’, en Bucaramanga a la ‘Mujer desnuda de pie’ y en Bogotá, se encuentra el ‘Hombre a caballo’, este último es un homenaje a su padre, quien falleció cuando el artista era apenas un niño
De igual forma, la biblioteca Luis Ángel Arango recibió 123 obras donadas por Botero, las cuales se exhiben en los espacios culturales de la entidad. “El hecho de saber que estos cuadros están ahora aquí, en mi país, al alcance de todos, me proporciona un placer muy superior a esa nostalgia y la justifica con creces”, declaró Botero en la firma del contrato de donación.

Fernando Botero es considerado por algunos críticos de arte, como el mejor pintor, no solamente en Latinoamérica, sino en el mundo. Por lo tanto, su reconocimiento a nivel mundial llena de orgullo a los artistas y gestores culturales del país.