El Santo Padre comenz? sus palabras valorando la historia, la herencia martirial y prof?tica de los pa?ses centroamericanos. El Papa subraya como el pasado ha marcado a cada pa?s en la b?squeda de comuni?n, compromiso y discernimiento a trav?s del SEDAC y, ahora, insiste, el Esp?ritu los llama hacia horizontes nuevos.
Fruto prof?tico de la Iglesia Centroamericana es la figura de San ?scar Romero, quien sigue siendo fuente de inspiraci?n. Por eso, ?Apelar a la figura de Romero es apelar a la santidad y al car?cter prof?tico que vive en el ADN de sus Iglesias particulares?.
Enfatiza el Papa: ?Romero pudo sintonizar y aprender a vivir la Iglesia porque amaba entra?ablemente a quien lo hab?a engendrado en la fe. Sin este amor de entra?as será muy dif?cil comprender su historia y conversi?n, ya que fue este mismo amor el que lo guio hasta la entrega martirial?.
El Papa insiste en que para Romero ?Sentir con la Iglesia? es contemplarla como pueblo de Dios. Pero esta contemplaci?n implica cultivar el dinamismo de la escucha y de la cercan?a: ?el pastor, para buscar y encontrarse con el Se?or, debe aprender y escuchar los latidos de su pueblo, percibir ?el olor? de los hombres y mujeres de hoy hasta quedar impregnado de sus alegr?as y esperanzas, de sus tristezas y angustias.
Recuerda el Papa que ?La k?nosis de Cristo nos recuerda que Dios salva en la historia, en la vida de cada hombre, que esta es también su propia historia y allí nos sale al encuentro. Es importante, hermanos, que no tengamos miedo de acercarnos y tocar las heridas de nuestra gente, que también son nuestras heridas, y esto hacerlo al estilo del Se?or?.
El obispo de Roma remarca en su mensaje, que ?los j?venes son uno de los ?lugares teol?gicos? en los que el Se?or nos da a conocer algunas de sus expectativas y desaf?os para construir el mañana. Con ellos podremos visualizar c?mo hacer más visible y cre?ble el Evangelio en el mundo que nos toca vivir; ellos son como term?metro para saber d?nde estamos como comunidad y sociedad?.
El Papa en su mensaje profundiza en la realidad juvenil y advierte que muchos j?venes proceden de ?Hogares resquebrajados tantas veces por un sistema econ?mico que no tiene como prioridad las personas y el bien com?n y que hizo de la especulaci?n ?su para?so? desde donde seguir ?engordando? sin importar a costa de qui?n. As? nuestros j?venes sin hogar, sin familia, sin comunidad, sin pertenencia, quedan a la intemperie del primer estafador?.
Por eso llama a los obispos a actuar. A actuar valorizando y siendo misericordiosos con las personas; a actuar valorizando las propias historias, culturas y sue?os. Por eso los llama a ?levantar la voz contra la desertificaci?n cultural?. Insiste: ?En esto también se juega la dignidad: en la autoestima cultural. Vuestros pueblos no son el ?patio trasero? de la sociedad ni de nadie. Tienen una historia rica que ha de ser asumida, valorada y alentada?. Agradeci? la organizaci?n de la Jornada de la Juventud Ind?gena, como un aporte a la pluralidad de la Iglesia latinoamericana.
?Un llamado al coraje?. Trabajar por los miles de migrantes, en su mayor?a hombres y mujeres j?venes, que buscan construir su vida, su familia. Esta tarea es fundamental para mostrar con obras el amor de Dios a sus hijos. Muchos de los migrantes son parte de lo que el mundo descarta.
El Papa hace un fuerte llamado a los obispos para que sean padres y hermanos de sus sacerdotes. Como autoridad, su misi?n es hacer creer a su clero, como personas, en sus vulnerabilidades. El Papa les pregunta a los obispos: ??Cu?nto me afecta la vida de mis curas? ?Cu?nto soy capaz de dejarme impactar por lo que viven, por llorar sus dolores, as? como festejar y alegrarme con sus alegr?as??.
El Papa sabe que el clero, los sacerdotes est?n ?en la l?nea de fuego?. Por eso define la figura del obispo, del pastor: Es importante que el cura encuentre al padre, al pastor en el que ?mirarse? y no al administrador que quiere ?pasar revista de las tropas?. Es fundamental que, con todas las cosas en las que discrepamos e inclusive los desacuerdos y discusiones que puedan existir (y es normal y esperable que existan), los curas perciban en el obispo a un hombre capaz de jugarse y dar la cara por ellos, de sacarlos adelante y ser mano tendida cuando est?n empantanados. Un hombre de discernimiento que sepa orientar y encontrar caminos concretos y transitables en las distintas encrucijadas de cada historia personal?.
El Papa, vuelve en su mensaje sobre los planteamiento de San ?scar Romero, quien plantea que la fuerza de la Iglesia no puede estar en el apoyo de los poderosos o de la política, sino que se desprende con nobleza para caminar ?nicamente tomada de los brazos del crucificado, que es su verdadera fortaleza. Y esto se traduce en signos concretos y evidentes, esto nos cuestiona e impulsa a un examen de conciencia sobre nuestras opciones y prioridades en el uso de los recursos, influencias y posicionamientos. La pobreza es madre y muro porque custodia nuestro coraz?n para que no se deslice en concesiones y compromisos que debilitan la libertad y parres?a a la que el Se?or nos llama?.