Ramón Echeverri
La mujer históricamente ha sido sujeto pasivo de las discriminaciones por una sociedad machista, que desde comienzos de la historia la subvaloró; hasta el punto que siempre se le ha considerado como del sexo “débil” y ha tenido que soportar humillaciones y tratos inhumanos, en sus hogares y lugares de trabajo. Por esta razón la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha llamado a la igualdad social entre hombres y mujeres para que se les permitiera tener voz y voto en la vida política de las Naciones.
En Colombia mediante una reforma constitucional se le reconoció a la mujer la ciudadanía, mas no, el derecho al voto. Fue en 1957 gracias al gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, que mediante una reforma a la Constitución Nacional, se le dio acceso al voto; antes ese derecho sólo estaba consagrado para los hombres mayores de 21 años.
“Y sin embargo te quiero” es una muestra de esa sumisa mujer que tiene que tiene que soportar de manera callada la mal llamada superioridad del hombre. “Te esperaba hasta muy tarde, ningún reproche te hacía; lo más que te preguntaba era que si me querías”.
El marido la encerraba en su casa, no le permitía tener amigas, su vestido era una saya larga y una blusa hasta el cuello, no podían entrar a los bares; los sueldos eran muy inferiores; las que no se casaban ingresaban a la vida religiosa oficiaban como maestras, costureras.
Para la fecha en que fue compuesta esta canción no había muchos avances en materia de igualdad de derechos entre hombres y mujeres y ello se refleja en su contenido.
Además la infidelidad del hombre no tenía las connotaciones sociales y jurídicas que hoy sí tiene. En cambio en la mujer era motivo de repudio.
Fue Betsabé Espinal oriunda de Bello Antioquia; de origen campesino; de solo 24 años, quien en 1920, con las absolutas limitaciones que tenía la mujer, armada de valor, organizó la primera huelga en la historia de colombiana, con 400 mujeres para reclamar el derecho a la igualdad frente a los hombres.
En esta canción hay un típico caso de relaciones sexuales extramatrimoniales consentidas lo que no aplica en la legislación colombiana para reclamar el divorcio por la vía civil si han transcurrido 365 días a partir del momento en que se tuvo conocimiento de los hechos.
La mujer habla en primera persona: “Me lo dijeron mil veces, mas yo nunca quise prestar atención”. “Te esperaba hasta muy tarde, ningún reproche te hacía… Lo más que te preguntaba era que si me querías”.
Esta hermosa canción ha sido interpretada por Conchita Piquer, Tona Olmedo, Rocío Jurado, Toña la Negra, Joaquín Sabina, Ana Belén; Olga Román, Isabel Pantoja, Clara Montes. De sus autores, Antonio Quintero, el poeta Rafael de León y Manuel Quiroga ya se ha hablado en el análisis de otras canciones como “Francisco Alegre”, “Enamorada”, “A tu vera”, “Ay pena, penita pena”, “La zarzamora”, “Limosna de amores”.
Y sin embargo te quiero
Me lo dijeron mil veces, mas yo nunca quise poner atención.
Cuando vinieron los llantos ya estabas muy dentro de mi corazón.
Te esperaba hasta muy tarde, ningún reproche te hacía;
Lo más que te preguntaba era que si me querías.
Y, bajo tus besos, en la madrugá,
Sin que tú notaras la cruz de mi angustia
Solía cantá…
Te quiero más que a mi vida, te quiero más que a mis ojos,
Más que el aire que respiro y más que a la mare mía.
Que se me paren los pulsos si te dejo de queré
Que las campanas me doblen si te farto alguna vé.
Eres mi vida y mi muerte, te lo juro compañero:
No debía de quererte. No debía de quererte
Y sin embargo te quiero.
(Observación: hasta aquí la versión de Toña la Negra)
Vives con unas y otras y na’ se te importa de mi soledá.
Sabes que tienes un hijo y ni el apellío le vienes a dá.
Llorando junto a la cuna me dan las claras del día.
Mi niño no tiene pare… ¡Qué pena de suerte mía!
Anda rey de España, vamos a dormí,
Y, sin darme cuenta, en vez de una nana
Yo le canto así…
Te quiero más que a mis ojos, Te quiero más que a mi vía, (Se repite la 1ª parte)