Un encuentro anhelado desde hace mucho tiempo
El Arzobispo de Bogotá explicando como fue el encuentro con el Santo Padre señaló que,
“El Episcopado colombiano estaba expectante, anhelante, casi ansioso de este encuentro, de esta Visita y del encuentro con el Santo Padre. Él nos ha dedicado generosamente 2 horas en la Sala Clementina. Hemos estado 38 Obispos, qué es el primer grupo que hemos venido a la Visita, es como el colofón y la corona de todo el trabajo de esta semana, han sido 5 días de Visita Ad Limina, de trabajo y esfuerzo, mañana y tarde, encontrándonos con 11 Dicasterios, con la CAL, con la Rota Romana, con la Academia para la Vida, pero, además, celebrando en las cuatro Basílicas Mayores de Roma”.
“Hemos abordado distintos temas que tienen que ver con la vida de la Iglesia, pero también con la vida social de nuestra patria colombiana y ha sido un momento que nos ha reforzado en el amor como colombianos a nuestra patria, en el amor a nuestra Iglesia, en nuestra comunión con el Sucesor de Pedro y en nuestra misión evangelizadora en Colombia en este momento y en este contexto”.
Dos grandes desafíos de la Iglesia colombiana
El Presidente del Episcopado colombiano resaltó dos grandes desafíos que tiene la Iglesia en Colombia. Uno que tiene que ver con lo social y otro con lo evangelizador.
En lo social: El reto de la paz y la reconciliación
El primer desafío que la Iglesia en Colombia tiene que afrontar tiene que ver con el ámbito social. En este sentido, Monseñor Rueda Aparicio dijo que, están trabajando decididamente no solamente ahora, sino desde hace mucho por la paz y la reconciliación de los colombianos.
“Son 7 décadas de sufrimiento en la violencia y han ido apareciendo distintos grupos y distintos factores que agravan la situación de violencia en nuestro país, entre ellas la situación del narcotráfico, la situación de la corrupción. Pero, al lado de eso también hemos recibido la fortaleza, por ejemplo, del Papa Francisco en el año 2017, es inolvidables ese encuentro y se lo dijimos hoy al Papa, el encuentro en Villavicencio entre víctimas y victimarios, donde el Papa nos dijo: ‘déjense reconciliar, Colombia déjate reconciliar’ y donde él nos hablaba de la necesidad de que nosotros seamos artesanos y arquitectos de una paz que se va dando desde las regiones y que se va dando paulatinamente”.
Por lo tanto, este es un primer desafío, independientemente del Presidente que esté, en este momento estamos con el Presidente Petro que ha hecho la propuesta de una paz total y nosotros estamos ahí. Después – indicó el Prelado – vendrá otro presidente o una presidenta y nosotros estaremos dispuestos a acompañar siempre a nuestro pueblo colombiano en la búsqueda de los caminos de la reconciliación y de la paz, es una opción desde el Evangelio, es una opción desde la persona de Cristo, es una opción desde la Doctrina Social de la Iglesia.
“Hay que pasar de una Iglesia de conservación, de una Iglesia con el gran error del clericalismo a una Iglesia pueblo de Dios en camino, donde todas las vocaciones, las vocaciones de los laicos, de la vida consagrada, de nosotros los ministros ordenados, buscan la armonía, la unidad, la comunión misionera y la santidad, porque el Papa nos insiste de una y de otra manera que lo que fundamenta nuestra condición de pueblo de Dios es la gracia bautismal. Y qué de ahí, nosotros los ministros ordenados no podemos olvidarnos que somos pueblo de Dios, que pertenecemos al pueblo de Dios, que papá y mamá, nuestras familias hacen parte del pueblo de Dios”.