En este mes se conmemoran dos fechas importantes en el calendario medioambiental del mundo, se trata del Día Internacional de las Aves y el Día Internacional de las Aves Migratorias, el 9 y 13 de mayo, celebraciones que tienen como propósito concienciar a la población mundial sobre la importancia de la conservación de estas especies y de sus hábitats, cada vez más amenazados por la acción humana como las constantes invasiones, incendios forestales, deforestación, pesticidas que se lanzan al ambiente y la cacería, así como el cambio climático.
Según un estudio realizado por la BirdLife International (BLI), aproximadamente un millar de aves en el mundo están en peligro de extinción, lo cual se ha convertido en una preocupación general, teniendo en cuenta la importancia y su papel en los ecosistemas, pues cumplen funciones como la polinización de plantas, control de plagas y la distribución de semillas.
Colombia es un país particularmente rico en aves, con 1966 especies, el mayor número en todo el mundo, 85 de estas son endémicas, es decir, que solo se encuentra en el país.
En Risaralda, uno de los departamentos más pequeños del territorio nacional (0.3%), contamos con una gran diversidad de ecosistemas, con pisos térmicos muy variados, lo que permite que haya una composición de aves muy alta; 806 especies de las 1966 de Colombia habitan esta región y 22 son endémicas, lo que constituye un gran valor medioambiental.
Amenazas
Santiago Nieto Zapata, administrador ambiental de la Universidad Tecnológica de Pereira, quien trabaja en el Jardín Botánico en los proyectos relacionados con fauna, explica que si bien en la región, debido a esta variedad y riqueza en aves, existe cierta conciencia entre muchas personas sobre la importancia y cuidado que se debe tener con las aves, estas están sometidas a riesgos que no se han podido controlar.
El primero de ellos es la pérdida de hábitats. Si bien Risaralda tiene alrededor del 40% del territorio en bosques, en áreas protegidas, (estamos hablando de un sistema departamental de áreas protegidas de más o menos 22), la frontera agrícola cada vez crece más, lo que ocasiona un desplazamiento de las aves y una concentración en ciertos puntos y por ende que esa riqueza en especies, vaya disminuyendo.
Agrega el especialista que la cacería sigue siendo un factor determinante en la reducción de las poblaciones de aves, en este sentido las más amenazadas son las de mayor tamaño que son usadas para la alimentación como las pavas y hay otras que son objeto de caza para el tema de ornamentación por su belleza como los loritos, algunos canarios, los turpiales entre otros.
En las zonas urbanas, semi urbanas y rurales se ha detectado un peligro que va en aumento y es la cacería por parte de mascotas como perros y gatos. Algunos lo hacen como parte de su alimentación y otros simplemente porque obedecen a su instinto cazador.
Nieto Zapata destaca también como una amenaza la colisión con ventanas, teniendo en cuenta que cada vez hay más construcciones altas, con grandes ventanales. Estos golpes a gran velocidad durante el vuelo suele ser mortal, por eso recomienda instalar siluetas de otras aves, materiales reflectivos que les permita distinguir que hay una barrera.
Aves emblema
En medio de tanta variedad de tamaños, colores, cantos, los ciudadanos del departamento han elegido algunas especies representativas como las aves de la región, de gran valor y objeto de conservación. En el caso de Risaralda, el Águila Real de Montaña, una de las más grandes de Colombia, fue designada como el ave insignia, la cual al mismo tiempo es una de las más amenazadas; ella depende mucho del bosque conservado, pues su dieta se basa en pequeños mamíferos y otras aves de gran tamaño.
El Águila Real de Montaña también fue escogida como el emblema del Festival de Aves del Paisaje Cafetero de la UTP por su importancia desde lo simbólico y ecológico.
Otros ejemplares que son representativos en la región son el Barranquero, el Gallito de Roca de Belén de Umbría y la Pava Caucana de Pereira. Indica el administrador ambiental que hay muchas aves que son muy carismáticas y llamativas como es el Barranquero que además es icónica de todo el eje cafetero por sus colores y su comportamiento, pues permite la interacción con las personas. Así mismo, el Gallito de Roca por ser endémico de Belén y por su forma particular en el cortejo de apareamiento.
En Pereira fue declarada la Pava Caucana como emblema, por desgracia está muy amenazada, ya que por su tamaño fue cazada de forma indiscriminada para el consumo humano. La población más grande de esta especie está en el santuario de fauna y flora Otún Quimbaya y en algunos bosques del Valle del Cauca, pero no hay más en el mundo.
En Pereira
Durante 30 años, en el Jardín Botánico de la UTP se adelanta un registro de las aves de la ciudad y se ha convertido en un sitio para la conservación y el estudio. Allí habitan tres aves endémicas: el Carpinterito Punteado, uno de los más pequeños que existe en el mundo; otro es el Hormiguero de Parker que habita en zonas húmedas, y la tercera, que podría catalogarse como la más importante, es la Tangarita de la familia de los azulejos y los canarios. Es un ave muy pequeña, la mitad de un azulejo y se encuentra en categoría de amenaza. Se relaciona con cultivos como los cafetales y árboles como el guamo. En la ciudad se encuentra en zonas como la quebrada La Dulcera, la Paralela a la 30 de Agosto y la zona de Pinares.