Omar García Ramírez
Un fantasma recorre las páginas de los medios culturales…
Una preocupación merodea y salpica los soportes culturales…
Una compleja problemática se ha vuelto trending topic…
La actualidad de la poesía es abordada en los periódicos, los hebdomadarios, las revistas de la corporación y algunos medios virtuales.
La salud de la poesía… Y la incombustible salud de algunos poetas…
Preocupados algunos académicos se peguntan por el futuro de la poesía. Angustiados, algunos escribanos y Tartufos que acaban de salir del closet, llegan a insinuar que eso de la poesía es una abominación del mal gusto y demodé. Algunos siameses alados y entrados en carnes, ponen su grito en el cielo cuando ven que algunos especímenes de esa horda todavía sobreviven en los nichos literarios.
“¿No habían sido destruidos por la plaga?”
“¿Acaso no habían sucumbido a las enfermedades?”
“Pero es que algunos ni siquiera se vacunaron. Malditos negacionistas y conspiradores. Será posible que todavía estén caminando después de las dietas brutales de anfetaminas, alcohol y drogas que suelen administrarse estos señores…los de la poesía, o esa cosa que llaman poesía…”
Y agregan: “Después de los desenfrenados carnavales sexuales llenos de aberraciones y libertinajes; de los festines y banquetes de costumbres heterodoxas. De las prácticas non sanctas importadas de todos los confines de la tierra y adscritas cierto tipo de filosofías heréticas…
¿Cómo sobreviven a esos aquelarres? ¿Qué comen, además de bayas lisérgicas y daturas? ¿Cómo se visten?… ¿Compran en Carulla o en el D1 como nosotros? Osan transitar las calles como punketos ilustres y parece que son inmunes al ridículo. ¿Acaso también están blindados contra la descarga cerrada de la fusilería que viene de nuestras academias?” Ah…
¡Somos los arcabuceros del método!
¡Somos los carroñeros del pensum!
¡Somos los diseñadores del canon!
¡Tenemos el culo cuadrado y el escroto perforado!
“¿A qué se dedican?” preguntan en coro…
Y ellos mismos responden: “Son estafadores, partidarios de librecambismo, escriben en las redes, mantiene blogs de dudosa reputación, paranoicos zamiszdats, hacen películas pornográficas, diseñan campañas de fake news, son hackers, piratas del código…”
“Todo lo rayan todo lo manchan. Son como niños con acuarelas y papeles. ¡Pero si todavía escriben con lapiceros kilométrico y parece que nos los para nadie!… También, hay que decirlo… algunos utilizan plumas Parker de oro y de platino. Juro que he visto a uno de estos especímenes sacar una estilográfica Mont Blanc en un exclusivo restaurante y escribir sobre una hermosa libreta de cubiertas de cuero..” “Pero… ¿Cómo insisten en esa parcela oscura de la literatura?”
“Varios de estos tipos son experimentados psicónautas que enseñan a la juventud estas tenebrosas travesías; viejos aberrados ídolos de alguna secta de Cthulhu…”
“¡¿Dónde está la cicuta para ellos?!” “¿Acaso no fueron expulsados de nuestras ciudades ideales? ¿Acaso no fueron cancelados y censurados en nuestras asociaciones?”
“¿En nuestras flamantes clínicas psiquiátricas no fueron sometidos a concienzudas lobotomías, choques eléctricos y atiborrados de pastillas? Preguntan golems de inmaculadas batas blancas”.
“¿Viven del aire? ¿Fornican en el aire?” Preguntan los escolásticos.“¿Acaso, muchos de ellos no fueron exorcizados de esos demonios?”
“¿Acaso, desde los pulpitos de nuestras iglesias no fueron objeto de severos anatemas?”
“Tienen tratos con demonios y elementales que hablan en la melodía de su neuma. Sé de uno que conoce las artes del nigromante y habla con el espíritu de Giordano Bruno. De buena fuente conozco la historia de otro que, en forma de incubo-súcubo adormeció la lengua a uno de los nuestros…lamentablemente perdimos a uno de los mejores lingüistas y hermeneutas…traducía el arameo de los palimpsestos en los Rollos de Qumrán y hablaba con fluidez en varias lenguas muertas y algunas hasta podridas”.
Y de nuevo se preguntan:
“¿Van a los mismos bares a donde acudimos a embriagarnos?
¿Se acuestan con las mismas cortesanas que nos esquilman?
¿Se llevan a nuestras alumnas preferidas de paseo veraniego
a las islas vírgenes?
¿Seducen y secuestran los instintos núbiles de nuestras elegidas?
Los muy hideputas
¡Meten mano a nuestras secretarias!
¡Miran de reojo a nuestras jamonas esposas!
¡Les miran el culo a nuestras jamonas esposas!
Mientras cantan esa balada de trúhanes irlandeses inmortalizada por viejo Joyce: La galleta estaba dura como un mulo, la cecina tan salada como el culo de la mujer de Lot, ¡oh Johnny Lever, oh, oh Johnny Lever, oh!…”
Algunos Señores de columna y críticos de postín
Se preocupan por la salud de algunos poetas:
“Vimos uno que esta re-flaco y parece que aguanta hambre…
Duerme sobre una hamaca y se cubre con un tapete de arpillera…
Y exhala un tufillo de mariguana que le precede…”
Y otros señores; los que practican la política de profesión y sin remordimiento; acomodados y enganchados como rémoras al buque insignia de la corporación; les preocupa las costumbres licenciosas y las practicas consensuadas en ceremonias privadas que suelen practicar algunos de los integrantes de esa secta cismática:
“Mira… el otro día vi a uno de esos poetas con aire de beatnik; pasado y repasado en heroína. Legión de los nuevos comensales invitados al almuerzo desnudo; van en trip con mirada de lunáticos a sus aquelarres de juegos brutales como demonios anarquistas a la caza de un funcionario…te lo advierto; mantén distancia… son de temer”.
Otros señores…
Los de la rama economista; los keynesianos adocenados…
Los Adammitsonianos…
Tratan de indagar en sus cuentas corrientes:
“No puede ser que algunos no estén ya en la cuneta
¿Acaso, ese que ves allí, muy bien vestido, es un poeta?
¿No deberían estar medicando en la calle cubiertos de harapos?
¡Pero si aquel viste Armani y Balenciaga!
¡Y aquel otro calza botas canadienses muy cool de camel red!
Y ese de allá va con una trench de Burberry
última temporada otoño primavera.
Y ese otro rozagante como atleta… ¿No debería estar ya en el hospicio? Tienen cuero duro estos sinvergüenzas. Parecen saurios de otra época que nadan ondulantes sobre el estuario de la cultura…”
Y vuelva y dale:
“¿Son sus amigos los mismos nuestros?” “¿Frecuentan los mismos teatros?” “¿Se embriagan con chicha y aguardiente como todos, o con vinos exquisitos?”
“¿Cómo pueden existir en la infoesfera? ¿Cómo pueden merodear en la esfera pública, si algunos ya ni siquiera escriben? Se han refugiado en el bosque Walden con sus perros y sus gatos; y otros más caminan borrachos sobre estelas, en la mar de los sargazos”.
Señores…
Caballeros…
Citando oportunamente a Groucho:
“Perdone que les llame caballeros, pero es que aún no les conozco bien”.
Ustedes, que se creen ramito de perejil, en medio de toda la mierda del mundo.
No se preocupen por la salud de la poesía y los poetas; o si en su parroquia de Batraxia-Platanalandia nadie entiende el oficio y las costumbres de aquellos extraños forajidos.
Cada uno se la busca y rebusca picoteando por ahí, como diría Fiol.
Y poco les importa a ellos si el grueso del rebaño Matrix va, o no va, a sus recitales. Además…
¿A cuales recitales?…
La poesía a veces grita; cuando toca. Pero casi siempre susurra.
Esos lunfardos lunáticos hace tiempo que aran en el desierto y como viejos beduinos No tienen miedo al sol o a la intemperie.
Preocúpense señores…
Por la salud de sus riñones…
Por la salud de sus pulmones…
Por la salud de sus criadillas…
Por los forúnculos de sus cuadrados culos de funcionarios…
Algunos poetas como viejos clochards
Saben resistir bajo la peste y la guerra.
Las diversificaciones de vocación hoy son
moneda corriente y de obligatoria carrera para los talentos.
De tal manera que…
Algunos van como luminosos ermitaños
acompañados de los duendes de los bosques…
Otros bien vestidos con el estómago salpimentado en ostras y vino caliente con una laptop 128GB en bandolera;
la mirada templada y perfectamente preparados para las ventiscas.
Y caminan solos, inmersos en su kurda vegetal…
Mientras ustedes buscan escampaderos
bajo los aleros de las ciudades grises…
Ellos caminan impertérritos contra las tormentas
bajo tornados de cizaña y lodo.