22.4 C
Pereira
miércoles, junio 7, 2023

Sucedió una vez…

Javier Ríos

Eran cinco amigos que se llamaban Geross, Pacho, Javier, Mi Rey y James que eran fanáticos del cine. Cada fin de semana, se reunían en la casa del primero, para ver películas y comer palomitas de maíz.

Una noche, mientras buscaban una película para poner sus miradas críticas al acecho, encontraron un DVD con el título “El Código Da Vinci”. Decidieron ver esa, pero cuando la película llegó a su The End, se dieron cuenta de que algo extraño empezaba a suceder. De repente, se encontraron en medio de una conspiración que involucraba a la iglesia, a la masonería y a un grupo secreto llamado los Illuminati.

Al rato, los cinco amigos se dieron cuenta de que eran los únicos que podían descifrar el código secreto que llevaba a un tesoro oculto en algún lugar de Europa, y entonces decidieron embarcarse en una aventura peligrosa para encontrar el soñado cofre, antes que los malvados illuminatis.

Juntos, los cómplices, los amigos, los cinco protagonistas, recorrieron las calles de París y Roma días después, enfrentando decenas de obstáculos y peligros a lo largo del camino. Su perseverancia y valentía, los condujeron finalmente al lugar del tesoro, el cual estaba ubicado en una antigua iglesia, en las afueras de la fría Londres.

Cuando abrieron el sofisticado pero pequeño baulitoque escondía el tesoro, encontraron una carta que les revelaba el verdadero propósito de la misión. Descubrieron que habían sido elegidos para proteger un secreto que cambiaría la historia del mundo. La carta llevaba el raro título de «El Padrino», y estaba firmada por el mismísimo robusto, barbado y elegante Francis Ford Coppola.

Los amigos se dieron cuenta de que la película «El Código Da Vinci» había sido una prueba para ver si eran dignos de confianza para proteger el secreto. Juraron guardar ese tesoro para siempre y se convirtieron en los más importantes guardianes de ese conocimiento oculto. A partir de ese instante, sus nombres empezarían a aparecer en los libros de historia, como los cinco amigos que salvaron al mundo.

Unos días después, estos cinco personajes regresaron a sus casas con un nuevo sentido de propósito y una sensación de logro. ¡Puros héroes! Aprendieron que a veces, la vida te presenta desafíos que pueden parecer insuperables, pero que, si tienes amigos leales y trabajan juntos, en equipo, se puede superar cualquier cosa.

Además, descubrieron que no siempre se puede confiar en lo que ves en las películas o en lo que te dicen los demás. A veces, tienes que cavar más profundo y hacer tu propia investigación para encontrar la verdad.

La enseñanza que se puede sacar de esta historia, perdón, de este cuento, es que, aunque las películas pueden ser divertidas e inspiradoras, no debemos basar nuestra vida en ellas. Debemos aprender a separar la realidad de la ficción y a no dejarnos influenciar demasiado por esas proyecciones o cualquier otro medio de entretenimiento.

Debemos hacer nuestra propia investigación, tener nuestra propia opinión y tomar nuestras propias decisiones basándonos en la verdad. Y siempre es importante tener amigos leales que te apoyen y te ayuden en tu camino hacia el éxito.

Otra que pierden los illuminatis.

Para estar informado

- Advertisement -
- Publicidad -

Te puede interesar

- publicidad -