Alfredo Cardona Tobón.* La neblina espesa arropaba las calles empedradas de la capital del virreinato; por Cerroverde se escurría el viento filtrándose como cuchillos de hielo por las hendijas de las estrechas ventanas de las casas humildes del barrio Egipto y por los balcones arrodillados de las mansiones de La Candelaria. En la noche sepulcral...