Sea cauteloso, estos poemas contienen una especialidad vitalidad para pensamientos que muchos ya tienen establecidos; sea precavido, que puede sentirse tan solo como el autor se siente y, en ese orden de ideas, seguir su impulsivo y potente discurso con cólera y pasión, como un nómada que no tiene nada que perder, ya que no tiene un lugar donde estar, ni sabe dónde parar. Es este poemario una posibilidad de rebelarse contra usted mismo, contra Dios, contra el amor, contra el dolor, contra sus raíces, contra la vida. (Esteban Cruz).
EPITAFIO
Lo gozó todo
En demasía
Pero siempre
Quiso más.
LAS ESQUIRLAS DE LA MUERTE
Solo unas cuantas flores que no riegas
Y el polvo que acumulan los objetos
Que te sobreviven.
Solo la misma muerte que acarreas
Sabe que has muerto.
La muerte de las plantas
Y el polvo –ese rezago de los muertos-.
LA MUERTE Y LA POESÍA
Lo que más me duele de morir,
Es llevarme el secreto
Al frío abyecto de la tumba
Y no poder describirlo en poesía.
DIOS
Ya no te necesitamos:
Solo eres uno de los heterónimos del silencio.
ARTE
De todas las artes
La única natural es la música.
Basta oír al ruiseñor, al arroyo y a la lluvia.
Las demás son artificio,
Mera copia.
La una revela la magnificencia
Del Mundo y su aparente Armonía.
Las otras, nuestra capacidad de mentir.
LÁZARO
Sueñan los hombres
Con un entierro ruidoso
Frecuentado por cientos de personas
Que coreen el nombre del difunto.
Yo, por el contrario,
Sueño con un entierro vacío
Tan vacío que no haya ni polvo
Un velorio conmigo sólo en el centro
Del universo
Despojado de todo y de todos
Para poder levantarme del ataúd
Y que nadie se sorprenda.
DESEO POST MORTEM
Beban mis cenizas.
Quiero seguir viviendo en ustedes.
Hablar, reír, blasfemar, caminar
Y sentir el aire en mi cara,
El sabor del agua
Y los deseos que palpitaron en mi sangre.
ORACIÓN AL BORRACHO
Bebe tus infinitas angustias
Y baila, aguardentoso,
Tus ínfimas alegrías.
En tus ojos brillará el licor que has bebido
Para alivianar tus penas.
Que el vino acompañe tus noches de soledad
Y que la inconsciencia te sirva
Para soportar la carga de tu vida.
Jamás creas en un Dios que no beba.
El autor
Mateo Quintero Segura nació en Pereira en 1998. Es escritor y docente, licenciado en español y literatura y estudiante de la Maestría en Literatura. Es autor del libro “La frenética desazón” de Fallidos Editores. Sus crónicas, ensayos y cuentos se publican con constancia en La Cola de la Rata, Ojo al Eje y El Diario.