En la era de la conexión instantánea nunca habíamos estado tan desconectados, desmotivados y vacíos.
Alberto Rivera
Emily Atallah nació en Bogotá en 1967, en una familia amorosa y unida de costumbres tradicionales. Estudió administración de empresas en la Universidad Javeriana y trabajó en la compañía familiar mientras criaba a sus tres hijos.
Después de una separación larga que evidenció una verdadera crisis de sentido de vida, de vacío y pérdida de identidad, decidió cambiar de rumbo y empezar a vivir su vida bajo sus própios términos.
Dejó el mundo corporativo y se dedicó a ayudar a otros apoyando su desarrollo personal. En su práctica en sesiones individuales utiliza técnicas con enfoque existencial logoterapéutico. Cuenta con una Maestría en Ciencias de la Familia de la Universidad Anahuac y es coach certificada de SAPS (Sociedad para el Avance de la Psicoterapia Centrada en el Sentido).
En la actualidad es conferencista, bloguera y coach de vida con sentido. Es apasionada lectora y le gusta escribir sobre un estilo de vida consciente y saludable.
¿Cómo se logra vivir con propósito y alcanzar la plenitud?
Son varias las tareas que tenemos para lograrlo. La primera, es estar más presentes y hacerlo todo de manera más consciente e intencional. En otras palabras, es dejar de vivir en piloto automático y ponernos al frente del timón de nuestra vida, hacernos dueños de ella.
¿Es fácil adaptarse a lo que propones?
Es un cambio de paradigmas y como todo cambio, necesita planeación y trabajo. No es difícil, pero si requiere estar más atentos y adquirir una serie de hábitos que poco a poco darán los frutos que esperamos y que al final se constituyen en una vida llena de paz interior y momentos significativos y felices.
Usas un enfoque logoterapéutico en sesiones individuales… ¿cómo lo haces con tanto éxito?
El enfoque logoterapéutico se traduce en conexión con todo lo que es valioso en la vida. Personas, objetos, circunstancias que son importantes para uno. Es un trabajo que realizamos con el cliente para volver a la esencia. Empezamos por el autoconocimiento para saber quién es, cuáles son los valores que lo mueven y qué quiere en la vida. La autocomprensión para poder aceptar su pasado y la persona que ha venido siendo, no para quedarse alli, sino para resignificarlo y usar lo aprendido y lo vivido para construir un futuro diferente. Y la autoproyección que es esa toma de decisiones basada en quién quiere ser, cuáles son sus objetivos y metas. Cómo quiere ser visto y qué huella quiere dejar, como ser único e irrepetible. Es un trabajo muy bonito, que siempre
¿Estamos tan desconectados como creemos?
Si, definitivamente creo que en la época de mayor conexión y más inmediatez en nuestras comunicaciones, nunca habíamos estado tan lejos de nosotros mismos y nuestras relaciones nunca habían sido tan superficiales, o tan líquidas como decía Zygmunt Bauman un filósofo polaco-británico. La velocidad de los cambios debilita los vínculos, los hace pasajeros, casi desechables. Tenemos la facilidad de borrar, bloquear comentarios y también, decir lo que sea amparados por el anonimato; pero por otro lado, no nos damos el espacio para debatir las ideas y enriquecernos con los aportes de otros.
No es algo insalvable, es sólo cuestión de volver a conectar, de darnos los espacios para parar, hacer silencio para interiorizar y reflexionar un poco más y también relacionarnos con los otros de manera más profunda, dedicando tiempo de calidad en cantidad. Tener pocos amigos pero verdaderos y ser más comprometidos con nuestros vínculos afectivos en general.
¿Con un poco de trabajo interior logramos vivir una vida más intencional, más feliz y más significativa?
Si, el trabajo interior nos ayuda a conectar nuevamente con una vida vibrante para que la rutina no se instale y no se nos queden pendientes por realizar. Creo que un primer paso que nos puede ayudar es la práctica de la gratitud diaria de manera consciente. No es ese dar gracias por inercia, sino ver en lo pequeño y en lo sencillo esos grandes milagros que damos por sentados. A mis clientes les aconsejo llevar un diario de gratitud en el que cada día anoten algo que los hizo sentir bien, los hizo sonreír. Puede ser una ducha con agua tibia, o una taza de café aromático y humeante. Tal vez el pequeño dibujo de un hijo o la sonrisa amable de un desconocido en la calle. El asunto es que al estar anotándolo, al final del mes o del año, vamos a poder ver lo evidente… hay mucho que sí tenemos y muy poco lo que nos falta. Así podremos soltar tantos deseos y expectativas que son al final las que nos hacen vivir descontentos y en carencia, donde realmente lo que hay es abundancia.
Sin duda, usted es el mejor ejemplo para seguirla, porque se sacudió de algo que casi la acaba…
Todo es un proceso y la vida nos da oportunidades de aprender y vivir de forma intensa y feliz en muchos momentos. Cuando no le hacemos caso, nos grita de diferentes maneras hasta que tomemos las decisiones adecuadas para cumplir la misión que hemos venido a desempeñar. Todos tenemos momentos de dificultad, crisis y sufrimientos pero la actitud con la que logramos transformar nuestra historia y convertirla en vida con sentido es lo que hace que valga la pena vivir a pesar de todo, como decía Viktor Frankl creador de la logoterapia, médico psiquiatra de Viena, quien vivió en los campos de concentración nazis la necesidad de tener algo por lo que vivir para poder soportar el sufrimiento inevitable. Esa voluntad de hacer que nuestra vida valga, o lo que él llamaba la voluntad de sentido, es el mayor motivador del ser humano.
Usted es conferencista, bloguera y coach, además de madre… ¿cómo hace?
Afortunadamente ya mis hijos son adultos. No siempre pude desempeñarme de la mejor forma. La vida nos va ayudando en el camino. Pero sí creo que es muy importante la creación y consolidación de hábitos, una vida disciplinada, cuidar de nuestro estado de ánimo todo el tiempo para poder avanzar algunas veces a mayor velocidad, otras paso a paso. Entre más conscientes seamos de nuestra vida y sepamos hacia donde queremos ir, va a ser más fácil elegir cómo queremos hacer las cosas sin desviarnos de nuestros propósitos y eso le da orden y coherencia a nuestra vida. De eso se trata vivir con sentido.
Este es su primer libro, ¿qué espera de ese paso?
Escribo para expresar lo que siento y compartir con el mundo lo que sé. Este propósito es el que me mueve y me impulsa cada día a continuar. Y es que para hacer que nuestra vida tenga sentido, no es sólo lograr transformarnos a nosotros mismos sino compartir nuestra experiencia con otras personas y que se puedan beneficiar. Estamos íntimamente conectados entre todos los seres humanos y formamos parte de un todo Universal. Así que espero poder seguir compartiendo mis palabras en forma de libros durante mucho tiempo y leyendo a muchos autores para seguir aprendiendo hasta el día de mi muerte.