Alonso Gaviria Paredes
“Santa polémica por las palomas de la Catedral” (El Diario, Pereira 21 de enero de 2020)… La noticia es ilustrada con fotografías de afectación: en los columnarios esquineros en ese gran bosque geométrico de arquitectura fundadora. Todo en las alturas de Notre Dame de la Pobreza donde las autoridades de la parroquia ordenaron instalar púas muy afiladas para evitar el anidamiento de palomas huéspedes diarias en la plaza dura de Bolívar y simultáneamente en los lomos y espalda del sermón de bronce libertario.
Las deposiciones de las aves van labrando poco a poco la coraza. Han hecho lavados y pinturas y las aves lo conocen. Una vez pasado el mantenimiento, regresan a asentarse. Para colmos de su estadía, voluntarios o aficionados las alimentan con maíz o alpiste y disfrutan ese escenario. Los niños también se les acercan dada esa mansedumbre. Al atardecer las palomas gracias a esa herencia evolucionista van a reposar al albergue de Notre Dame de madera noble.
Los árboles, las palmas, son elementos naturales de decoración y vida dándole a la plaza pereirana respiro al entorno igual a la escultura auténtica marca de ciudad. Antes de anticipadas remodelaciones con el correr de los años, no se vía población palomera; si torcazas y tienen su hábitat en los mangos. No es sino observar al día siguiente las huellas de su digestión. Penetran hasta el asfalto.
Las palomas aparecieron cuando una extraviada llegó a uno de los árboles, otra afirmación fue por una mensajera que no halló su destinatario y por ende se amañó en el centro de coordenadas. Luego por evolución darwiniana la especie se buscó o comunicó entre sí. Una propagación de estos individuos sucedió en Bogotá y en su plaza mayor gracias al voluntariado protector transeúnte. La paloma se reproduce con la misma velocidad que los conejos.
En la plaza mayor de Bogotá no hay árboles; pero si lugares de reposo como son algunas oquedades en la catedral prima hermana; perdón: primada. Empezó la superpoblación y al interior de esa arquitectura empezó el hacinamiento con posterior desaseo en ese santuario de ladrillo. Alguien cercano a monseñor Pedro Rubiano Sáenz le aconsejó “sembrar” con espinos y vidriería quebrada los nichos altos. Una fotografía aficionada reveló el atropello antianimal. No se supo si fue desmontado este método; pero las palomas son parte de ese paisaje árido público.
Pasando a otra página de dichos animales domésticos, en la poesía universal existen 112 poemas a las aves mancitas, 13 son alusivas a las palomas. Por cierto hay una bella: Yo tuve una paloma de John Keats (Faunética libro del naturista Víctor Manuel Patiño).
Los creyentes tienen una versión del Espíritu Santo con figura de paloma (según la Biblia), pero el columnista lo prefiere en forma de lenguas de fuego sobre el Colegio Apostólico y eso para aprender varios idiomas. La paz la ofrecen en forma de paloma, pero esta no llega.
Dice un zoólogo, que la paloma es una de los más agresivos entre su camada. Las golondrinas también frecuentan las partes altas de las iglesias católicas, pero en las de otros cultos o hermanos separados no se han visto. ¿qué solución tiene? Vaya por curiosidad, pero sin catequesis pregonera. Un apunte fuera de cabina y micrófono apagado: Alguien con catalejos no ha visto dispersadores de agua en las alturas de esas maderas para evitar incendio campal (Catedral La Pobreza). Recordemos la pesadilla en Nuestra Señora de París y los maderos ardieron destruyendo un ícono. En Nuestra Señora de Madera centenaria, las golondrinas han dejado caer su “miércoles” de ceniza en la crisma o sombrero de un feligrés. Si le cae en un ojo no hay santa Lucía oftálmica que le sirva ni saliva con arcilla.
En el anterior zoológico de la hacienda Nápoles el patrón ordenó a los trabajadores, que todos los días pasaran garzas posadas en otros árboles distantes. Por las tardes las tomaron y llevadas a los árboles que circulaban la casa principal y de tanto forzarlas, se tomaron las ramas. El patrón disfrutaba con ese espectáculo incorporado.
En el periodismo ocurrente: Aunque usted no lo crea por Ripley: “Las palomas son espantadas de la estación de ferrocarril de Long Island en Jamaica, N.Y., por treinta búhos de aspecto fiero sobre las vigas. Están hechos de plástico y son tan reales que los usuarios de ese transporte han tratado de alimentarlos”. Del mismo Ripley o símil, dice que las palomas mensajeras alemanas capturadas en los cielos de la Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial eran mantenidas en jaulas especiales para prisioneros de guerra (ver ilustraciones de credibilidad).
Durante la guerra de Vietnam el Pentágono autorizó enviar palomas mensajeras (y hasta con camuflaje del ambiente) para poner huevecillos electrónicos en las montañas cerradas donde estaba el Viet Cong (guerrilla comunista). Luego una señal láser de regreso y seguidamente los aviones F-16 hacían su fiesta de la candelaria militar. Una contraorden y descubrimiento por comisarios políticos del Viet Cong se percataron y la alpargatocracia de Washington suspendió esas operaciones. No había drones en los años 60.
Un paciente inglés que vive con vista al lago Uribe Uribe alimentaba palomas y perdices desde su balcón. Tenía dos visitas diarias y numerosas. Posteriormente una alergia respiratoria puso en alerta roja al alimentador. Por receta médica obligada se le indicó que por las emanaciones y deposiciones de estas aves corría riesgo alto de infección sin remedio. Se acabó el suministro, el paciente inglés recobró la salud y el resultado práctico: las aves no volvieron y buscaron asistencia y cama muy distante. Alguien sugirió la misma medida para la plaza de Bolívar veda de granos. Las palomas son muy inteligentes y se marchan con su currucú a otras partes. Pereira tiene muchos alrededores verdes y no son tan urbanos o centrales.
En un humedal del Cerrito paisajístico, hace algunos años llegaron de paso unos patos canadienses y de huida del frío norteño riguroso. Les pareció el clima contrario tan agradable que sentaron reales e hicieron generaciones. Sus dueños los cuidan y a veces hay pato a la carta. Otros canadienses hacen su escala técnica rumbo al sur del continente; pero no se amañan ni con la “consejería” colonizadora.
El evolucionismo científico es de sentido común y practico. En el Diccionario de la Real Academia Española hay 45 entradas sobre la palabra paloma y derivados como palomitas de maíz (invento gringo) y otra palomita: que es agua con aguardiente anisado. El remedio del paciente inglés es el más acertado y no hay enfrentamientos; solo prohibición con vigilancia diaria policial hasta desaparecer la costumbre y las palomas lo toman en serio.
Fuentes: Hemeroteca biblioteca municipal Ramón Correa Mejía, Revista Esso Agrícola, Almanaque Creditario (de la anterior Caja de Crédito Agrario Industrial y Minero de ese entonces, Las Artes en El Diario, Sociedad Colombófila Colombiana, Ayer y hoy en mis canciones por Noel Salazar Giraldo. Unos avistadores de aves desde unas terrazas de edificios vieron varios nichos palomares en donde el emparejamiento y empollamiento es prolifero.