Geross
Mauricio Arango Peláez me mostró infinidad de imágenes grabadas en su computador. Algunas eran de una exposición en Belalcázar –Caldas- y otras de las obras que viene haciendo en esta última temporada y a decir verdad, me descrestó.
Porque sencillamente detecté que saborea todas las escuelas, géneros y estilos y no ha cursado materias que en parte alguna le enseñen a recitar de memoria, que esto es esto, o que aquello es lo propio de tal o cual famoso pintor.
Se goza lo figurativo, juega con el cubismo y se da el lujo de hacer pinturas abstractas de gran calidad.
Propone alternativas y teorías, hace unas grandes obras con colores agresivos y cálidos que rememoran a un Jackson Pollock y lo acompaña de tres botellas pintoreteadas que le dan más volumen a su existencia y riega las tintas de manera un tanto inventada, para crear sensaciones y movimientos, con una elegancia y maestría sin par, produciendo unas obras de gran factura.
Sus obras están llenas de magia y encanto y sobre todo, de una fuerza imponderable que agrada al ojo del espectador, independiente de su formación y credo. Es un artista joven que lo aseguramos, va a llegar muy lejos.