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sábado, diciembre 9, 2023

Ramiro Ramírez puro arte, arte puro

Pacho González

Hace unos cuantos años, junto con los artistas Ricardo Mariscal, Hernán Peláez y Germán Ossa, fuimos invitados por el Maestro Ramiro Ramírez a su estudio allá en Manizales, donde reside, para conocer sus más recientes trabajos, con los que se disponía hacer una nueva exposición en nuestro país, luego de haber triunfado con una maravillosa exhibición en una famosa y prestigiosa galería de arte en Miami, donde toda la obra fue vendida a los más exóticos y reconocidos artistas de la farándula internacional, que se llevaron a sus casas una hermosísima colección de sus trabajos pictóricos.

Hablo de Gloria Estefan, John Secada, Silverster Stallone, Ricardo Arjona, el basquetbolista Michael Jordan y el Label Manager de Sony Enterteiment, el señor Tony Mottola, con quien además realizó un contrato para pintarle una serie de trabajos durante un año, en una muy inteligente exclusividad.

Abrumados con su extraordinaria habilidad para la elaboración del desnudo, la concepción de los monjes (sus personajes casi que preferidos), los retratos y los caballos, le aceptamos la invitación para mirar bien de cerca cómo era que concebía sus obras y nos llevamos una muy grata sorpresa por su sencillez, habilidad, destreza y calidad humana.

Luego de un ameno e inimaginable recorrido por esa decena de inmensos trabajos colgados en las paredes de su casa-taller, donde casi podíamos tocar y acariciar a los personajes por él pintados y plasmados para toda la vida en esas grandes telas, nos quedamos durante varias horas en la sala de su casa, escuchando de sus labios, sin ningún misterio ni egoísmo, las explicaciones de cómo lograba tan inimaginable perfección, aspectos que recibieron de muy buena manera los artistas Peláez y Mariscal.

Su obra, impecable, perfecta, casi que comparable a la fotografía pura, tiene un ingrediente adicional que la hace todavía más interesante, única y exclusiva y es la manera como trabaja la piel de los personajes y los fondos, esos que muchos otros artistas y no solo de nuestro país, sino del mundo entero, han querido copiarle (¿imitarlo?) desde hace años.

LO SUYO: EL HIPERREALISMO
Conocido también como Superrealismo, Realismo Fotográfico y Fotorrealismo, este movimiento pictórico surgido en la década de los 60, cuyas técnicas aspiran a una precisión casi fotográfica. El Hiperrealismo busca mantener en la pintura la conexión con la visión fotográfica del encuadre y la traducción fiel de la escena.

Por tanto, los temas son representados con exactitud minuciosa e impersonal en los detalles, por medio de una agudeza óptica llevada a cabo con tal virtuosismo técnico, que supera la “visión” del objetivo fotográfico.
Algunos representantes de este estilo trabajan a partir de fotografías, tratando con igual agudeza y precisión todo el cuadro, lo que curiosamente en su caso, a veces, viene de lo más profundo de su imaginación.
El propósito del Hiperrealismo es acercarse a una supuesta objetividad visual en la representación de retratos, naturalezas muertas, interiores y paisajes, a través de un singular método de trabajo que compagina técnica y disciplina.

Su éxito radica en la excelente habilidad para el manejo de las veladuras y los empastes y la destreza en el atrapamiento de la luz en el lienzo.

Cuando apreciamos una buena obra hiperrealista, asistimos al más notable triunfo de la representación, debido a la máxima eficacia del oficio como modo de producción y método de apropiación de la realidad visible.
Excelente la obra de este gran artista de nuestra región.

 

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