Edilberto Diaz Correa
An?bal el Iluso, hombre alto y delgado, deja entrever por su cara el paso implacable del tiempo, la silueta se confunde con las sombras en el espectro urbano.? Camina por una calle en busca de nada, impulsado por el deseo de refrescar el cuerpo incluido su pensamiento.? Va sin rumbo y extraviado. Se siente pose?do por los dioses y demonios que habitan la metr?poli.?
La mente perturbada por los espejismos generados al interpretar las teor?as del bien y del mal, expresadas en coherentes planteamientos que se hacen utilizando los elegantes recintos acad?micos o los exquisitos templos de la fe.
All? en la ciudad todo es mercanc?a, lo humano, lo espiritual. La compraventa va y viene, el dinero impulsa como combustible las vidas perdidas de transe?ntes enfermos al respirar el sue?o milenario alquimista.
Las pisadas se confunden con el caos o la contaminaci?n.? En la mente no hay espacio para la reflexi?n, simplemente camina y observa.? De repente y al pasar la vista por una tienda, su mirada choca con unos ojos que le siguen los pasos, ?l conoce aquellas l?neas expresivas, siente algo de tranquilidad y percibe cierto placer al refrescar la imaginaci?n con la singular silueta femenina, desde entonces procura pasear por el lugar.?
En una de esas tardes casuales e iluminadas la ve y al instante por un milagro de la mente se fugan im?genes de remotos tiempos pasados y entonces exclama:
__ ?Cielo santo!? ?Es ella!? ?Sigue siendo joven y hermosa!
Por alguna raz?n incomprendida el cerebro queda marcado por los gratificantes momentos vividos, del cual los seres humanos solo se desprenden el d?a de la partida final, mientras tanto en vida los evocan. Se retira reviviendo inmemoriales tiempos e intentando calmar la sed sentimental, escribe:
Ausente
El tiempo nos dej? lejos, ausente de ti, ausente de m?, ausentes los dos perdidos por los laberintos del infinito. Angustia de no encontrarte, deseo de hallarte y volar?
Acariciarte, sentirte y vivir como en aquellos d?as en tiempos de intenso fuego, brotando en llamaradas. Ausencia y temor de olvido, ausentes los dos distantes, extraviados en el tiempo.
Contin?a con el pensamiento perdido en los laberintos de la nada, en un andar r?pido ingresa sonriente al apartamento, sube las escalas que conducen a la ?nica habitaci?n y se asoma a la ventana. Siente satisfacci?n al recordar la expresi?n que se encuentra a?n en ella y por alguna raz?n inexplicable fue la causa del enamoramiento, luego se recuesta en la cama y entonces en sus sue?os aparecen las im?genes?
Im?genes en la ausencia
Transitan las sagradas im?genes danzando como diosa perdida por los callejones del pensamiento, atizando las brasas del fuego, encendiendo las llamas del deseo.
Percibo el lenguaje gen?tico presente en el cielo del placer, ardiendo en llamas del instinto prendido a las l?neas de su cuerpo.
Los fantasmas e im?genes saltan en danza er?tica por los laberintos ocultos en el zagu?n de la psiquis, con movimientos endemoniados como diosa perdida en el cielo del placer.
El hombre al despertar toma el m?vil, marca su n?mero, ella lo recuerda y responde:
__Esperaba t? llamada __en voz suave manifiesta:
S? que me esperas
S? que me esperas con tu pensamiento y tu cuerpo humedecido en una taza de caf?, abiertas las alas del cuerpo al amanecer.
S? que me esperas con tu cuerpo humedecido en el aroma de noches pasadas, perdidas por los laberintos del pensamiento, de un tiempo pasado que ya se fue.
Adiciona:
__ Eres un fantasma en la noche vagando por callejones oscuros de la gran ciudad __en un acto de valor lo confronta:
Confrontando
La danza contin?a, apareces de la nada, tormentas en el alma, desencanto y confusi?n.
Eliges otras rutas y prefiero olvidar. Maldices la tormenta y vuelves a danzar.
Ella corta la comunicaci?n y ?l se queda nuevamente perplejo, con la herida abierta empa?ando el alma para exclamar:
__ El tiempo nos dej? lejos, ausencia de ti, ausencia de m?, ausentes los dos perdidos por los laberintos del infinito. Y entonces, mientras mira las estrellas, su coraz?n se detiene, el alma se desprende, el esp?ritu regresa a los confines de los or?genes del Big Bang, donde solo y sin más? ?Hasta siempre! ?Hasta siempre! ? No se notar?, la ausencia de ti, ausencia de m?, ausentes los dos perdidos por los laberintos del universo.
El autor
Edilberto Diaz Correa, profesional y especialista en diferentes ?reas, con enfoque administrativo y desempe?o en docencia universitaria; actualmente se dedica al arte de escribir, brindando al p?blico el presente trabajo:
-Fe, oraci?n y poder mental (auto transformaci?n).
? -Administraci?n al alcance de la mano (libro t?cnico)
? ? -Un selfie literario a dos tintas (novela corta).
? ? -Realidad o ficci?n en el otro universo (novela corta de ciencia ficci?n).
? ? -Jaque mate al amor en la b?squeda de las llaves del infierno (novela corta).
? ? -De aventuras, sue?os y quimeras (novela corta).
? ? -?rase que ?rase un cuento m?gico (cuento).
? ? -Entre aventuras y erotismo (libro de cuentos er?ticos).
Sus obras se consiguen en la librer?a el Nuevo libro de Pereira.