Jorge Hernando Delgado Cáceres
En los años 20 el cine nudo estaba alcanzando su madurez en sus formas expresivas, generando una serie de auténticas obras maestras. Imágenes acompañadas con música y subtituladas para explicar la situación a los espectadores o para exponer diálogos. Los teatros se encontraban equipados de un fonógrafo o una orquesta, situados tras la pantalla y tocaban música clásica o espontánea.
Las dos primeras décadas del siglo XX, abrieron el campo de las artes, con variados movimientos artísticos. El romanticismo, el impresionismo, el realismo o naturalismo, el postimpresionismo, el simbolismo, el fovismo, el cubismo, el dadaísmo, el futurismo, el surrealismo, transformaron lo existente dando origen a las actuales tendencias del arte universal.
1922 es el año del nacimiento de dos obras maestras del cine, importantes en la evolución de la narrativa cinematográfica. Son ellas: Nosferatu: una sinfonía del horror de Murnau y Nanook, el esquimal de Flaherty.
Veremos a demás obras de: Victor Sjöstrom, Erich von Stroheim, Ernst Lubitsch, Carl Theodor Dreyer, Fritz Lang, Charles Chaplin, Max Linder, Buster Keaton, Michael Curtiz.
El llamado cine silencioso, dejó obras invadidas de bullicios y de instantes ardientes como la electricidad que iniciaba con las bombillas, el camino a alumbrar la oscuridad del planeta, a su paso fue creando nuevas estrellas en el firmamento mágico de la humanidad, desplazando a los dioses del olimpo, por estrellas reales, uno de los aportes del cine al mundo fantástico de los Homo sapiens.