14.7 C
Pereira
domingo, septiembre 24, 2023

En papel y en celuloide: las nuevas series inspiradas en las obras de Stephen King y Lovecraft.

José Fernando Ruiz Piedrahíta

Los dos escritores norteamericanos que se mencionan en el título, nos siguen sorprendiendo. Stephen King es un ícono de la literatura fantástica en el mundo, y Howard Phillips Lovecraft  fue el creador del universo literario llamado terror cósmico, que sigue siendo objeto de estudio. De estos dos grandes escritores, el cine ha encontrado en sus novelas una fuente inagotable de situaciones que siempre se tornan interesantes.

De Stephen King existen muchísimas películas basadas en sus obras y de algunas de ellas se han producido “remakes”, es decir, repeticiones; un ejemplo de ello es el caso de la novela “Carrie” de 1974 a la que le han realizado cuatro versiones: la versión de 1976 dirigida por Brian de Palma, Carrie 2 La Ira dirigida por Geoffrey S. Grimsman, Carrie 2002 dirigida por David Carson y Carrie 2013 dirigida por Nigel Churcher. Al parecer es tan bueno el argumento, que han multiplicado por cuatro la misma historia. De King se han realizado series como la versión extendida de “El Resplandor” después que Stanley Kubrik (1976) cambiara la esencia de la novela a su antojo, lo que enemistó al director de cine y a Stephen King y que fuera dirigida por Mick Garris en 1997 con tres capítulos emitidos por la cadena ABC. La novela “The Stand” (El aparador) que fuera traducida como Apocalipsis en América y La Danza de la Muerte en España también dirigida y adaptada por Mick Garris, se repite con una nueva versión producida por la cadena de televisión ABC para diferentes plataformas de Internet como Starzplay, pero también se pueden ver los primeros cinco capítulos en otras plataformas como Cuevana y Repelis. La dirección de este gran proyecto recae en Josh Boone y Benjamín Cavell, bajo la mirada de su creador Stephen King. Sin embargo, ese estilo narrativo del cine como lo hiciera “Lost” (Perdido) es un poco confuso y muchos seguidores del escritor han sido muy severos en la crítica, pues la historia se vuelve muy compleja, especialmente para quienes no han leído el libro. De todos modos, es una historia interesante que se enmarca en un mundo desolado a causa de un virus gripal que el autor llama El capitán Trotamundos y que se transmite por vía aérea. La población se reduce en un 98% quedando muy pocos sobrevivientes quienes deben decidir a qué bando ir, el de los buenos liderado por la madre Abigail, una mujer de 106 años que vive en un hogar de ancianos cerca de un maizal en Nebraska, o hacer parte del lado oscuro liderado por Randall Flagg que es un demonio oportunista que desata todo tipo de libertinajes y locuras en Las Vegas convirtiendo esa ciudad en una Sodoma. La lucha entre el bien y el mal siempre estará presente tanto en la vida real como en la literaria. Dos recientes novelas publicadas por Stephen King que seguramente tendrán su versión para televisión, son: Después (Later) del año 2021 y Billy Summers de 2022.

 

 

 

 

 

 

En cuanto a la obra de Howard Phillips Lovecraft, el escritor de Providence Rhode Island en Estados Unidos, debemos repetir lo que muchos cinematografistas han dicho al respecto, y es que sus obras son inadaptables. La extensa obra de este escritor es muy difícil de llevar al cine porque su concepto argumental está centrado en sus obsesiones cósmicas. Sus obras, aunque apasionantes, no dejan de ser complejas y un poco abrumadoras para el lector casual, sin embargo, algunos cineastas le han apostado a sus escritos como eje central de sus películas: El palacio encantado, película de 1963 y basada en el cuento El Curioso caso de Charles Dexter Ward con dos fantásticos actores: Vincent Price y Lon Chaney. El horror de Dunwich de 1970 con el ganador del premio “Oscar” Ed Begley. Las tres películas de Mala Muerte de 1981, 1987 y 1992 que se han convertido en verdaderos clásicos de culto.

Del año 1985 encontramos a Reanimator sobre un cuento de Lovecraft en el que el doctor Herbert West descubre un suero que resucita a los muertos. John Carpenter hizo una saga que denominó Apocalipsis, compuesta por tres películas muy Lovecraftianas: Príncipe de las tinieblas con Donald Pleasence en el año 1987, La Cosa 1992 con Kurt Russel como protagonista y En la boca de la locura de 1995 con el actor Sam Neil en el papel principal.

Nos llega en 2022 la noticia de una nueva serie en la cual se hace un homenaje a la obra de Howard Phillips Lovecraft. La serie se titula “Territorio Lovecraft” o en inglés “Lovecraft Country” De Matt Ruff en la que se retoman varias historias del escritor. Llama la atención que la serie sea protagonizada por actores negros, y lo digo, porque quienes conocemos un poco el pensamiento de Lovecraft sabemos que era racista. Tal vez sea una forma de reivindicar, o por qué no, de castigar al escritor. El tiempo narrativo de la serie es la post guerra de Corea, cuando el racismo en Estados Unidos estaba en su punto más álgido, y se reconocen momentos como el de las famosas Guías Verdes para que las personas de raza negra pudieran viajar seguras en una ciudad donde para ellos era imposible entrar pues corrían el riesgo de ser colgados de los árboles o fusilados contra cualquier muro y por cualquier “blanco”, después de la caída del sol. La serie hace muchas referencias a los monstruos creados por el escritor, pero no es exactamente una novela de él, es un homenaje a la construcción del terror cósmico que H.P. Lovecraft creara hace más de medio siglo.

 

 

 

 

 

Dos películas recientes basadas en los escritos de H.P. Lovecraft son: El Color que cayó del cielo del año 2020 dirigida por Richard Stanley con la participación de Nicolas Cage en el papel protagónico y Los profundos (The deep ones) del año 2021 dirigida por Chad Ferrin quien además hace la adaptación del escrito Lovecraftiano La sombra sobre Innsmouth. Con producción de la casa Netflix, estuvo la película El Ritual basada en los conceptos de las obras Lovecraftianas pero que ya fue bajada de la plataforma.

Y como decía mi abuelita “Ahí les dejo” para que consulten, lean y vean lo mejor de estos dos grandes del terror que tienen muchísimos adeptos.

 

 

Quiero mirar arriba

José Fernando Ruiz Piedrahíta

Muchos profetas han escrito sobre el fin de la humanidad, la que cada vez, y con total seguridad, está más cerca.

Empecemos por el génesis, que nos relata el gran diluvio universal, ese que sumergió al mundo entero y del cual sólo se salvó Noé con su familia y algunas especies que viajaron en la enorme arca para poblar nuevamente, allí donde hallaran tierra. Sin salir de la sagrada biblia encontramos el relato de la familia de Lot, que al parecer, asistió a la destrucción masiva de una ciudad entera. Luego aparece Juan con sus revelaciones, en las que ve como el mundo del futuro desaparecerá cuando lleguen los jinetes del apocalipsis cabalgando sobre las nubes. Muchos escritores han relatado historias donde el entorno escenográfico es el caos desatado por las convulsiones agónicas de una tierra que se sacude de la humanidad. Mary W. Shelley ha sido famosa por su novela Frankenstein de 1918, pero esa extraordinaria novela, opacó el resto de su obra. El último hombre de la tierra, es una novela de la escritora que pocos conocen y que habla de una epidemia que acaba con la humanidad. El tema se repite en la novela de Richard Matheson, Soy Leyenda. George Stewart escribió la novela La Tierra Permanece y en ella, regresa el argumento de un virus mortal que acaba con todos.

Stephen King anunció con un virus llamado: El Capitán Trotamundos, cómo la tierra queda arrasada por una gripe mundial. H.G Wells nos mostró por primera vez en 1889 la posibilidad de ser invadidos por inteligencias extraterrestres en La Guerra de los Mundos. Detrás de estos escritores encontramos infinidad de posibilidades para ser exterminados. Michael Crichton argumentó la desaparición de la tierra como consecuencia de un microbio llamado La Amenaza de Andrómeda. Arthur Halley escribió el Martillo de Dios y cómo un enorme cometa golpearía la tierra destruyéndola. Fueron imaginarios que se convirtieron en éxitos literarios y cinematográficos, pero que en nada estaban lejos de ser verdad.

La aparición en la tierra del Covid 19, es el fenómeno más cercano, al menos en estos últimos 100 años, de lo que podría ser el exterminio de la población. Cabe destacar el comportamiento asombroso de algunos humanos, que viendo caer muertos a sus vecinos, familiares y amigos, siguen negando la existencia del virus por los miedos surgidos en las redes sociales, que han logrado dividir a la humanidad entre los que creen y los que no.

Hoy quiero referirme a la película “No miren arriba” de Adam McKay, que es un llamado de atención a esa sociedad que hemos llegado a “construir”. Muchas personas han rechazado la película diciendo que produce sueño y es mala, pero más allá de esas opiniones respetables, sería bueno mirarla haciendo sana auto crítica. Además de ser la película con mayores visualizaciones en las plataformas donde está disponible, es una historia con excelentes intérpretes como Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Ron Pearlman y Kate Blanchet. Esta película retrata a los humanos como seres bastante estúpidos por negar una realidad aplastante, anteponiendo lo superfluo a lo trascendental y real. “No miren Arriba” narra de manera tragicómica, cómo los que tienen el poder económico están interesados únicamente en aumentar sus riquezas, aún a costa de su propia vida. Inquieta muchísimo que la película nos haga más conscientes del famoso algoritmo, ese que nos tiene “pillados” hace muchos años. Las increíbles cifras determinadas por la cantidad de datos que el algoritmo tiene de nosotros, desde la fecha y hora de nuestro nacimiento, hasta poder incluso calcular el día, la hora y la forma de nuestra muerte, es aterrador. El ego nos impulsa a compartir con conocidos y desconocidos docenas de fotos comiendo, trabajando, mostrando nuestra familia, nuestro entorno, nuestros pensamientos, sentimientos y demás asuntos privados que desafortunadamente ya dejaron de serlo. El algoritmo agradece y utiliza esa información regalada para manipularnos a su antojo…o al nuestro.

En “No Miren Arriba”, aparece la negación absoluta de los habitantes ante lo que está por suceder. El Gobierno, lleno de intereses y sed de poder, decide pedirles a los ciudadanos que “no miren arriba”, lo que se compara con la manipulación en el manejo de la información que nos entregan a diario, muchas veces disfrazada de mentiras. El planeta se divide. Los que creen y los que no. Y lo mismo vivimos a diario. Los que se vacunan y los que no, los del extremo de allá y los del extremo de acá, los que siembran amor y los que matan, los que construyen y los que destruyen, los que miran para arriba y creen lo que ven, y los que no miran, o peor aún, los que sí miran y aun así lo niegan. Estamos condenados, y mientras tanto, el algoritmo sigue jugando con nosotros y enviándonos lo que queremos ver y ser. Por supuesto que los invito para que vean la película “No miren Arriba” y vean el mensaje tan profundo que deja a una humanidad sumergida en falsa información, en competencias por saber quién tiene más, o por dar mayor importancia al noviazgo de la artista de turno, que al meteoro que viene directamente hacia nosotros.

Les dejo títulos de algunas películas que pueden servirles de referencia sobre el tema, además de las que anteriormente cité:

Asteroide, miniserie de1997 del director Bradford May.

Tres días, 2008 de F. Javier Gutiérrez.

Meteoro, 1979 con Sean Connery y Natalie Wood. Director Ronald Neame.

Y para comprender lo profundo y enorme del espacio exterior, nada mejor que leer la novela de Carl Sagan “Contacto” llevada al cine en 1997 por Robert Zemeckis.

Debemos reflexionar y comprender que, aunque el internet es maravilloso como herramienta de consulta y trabajo, es nefasto cuando dejamos que invada nuestra vida y nos convierta en simples replicadores de lo que otros piensan, convirtiéndose en el enemigo del pensamiento crítico y haciéndonos sentir sabios y poderosos cuando en realidad somos “esclavos”, menos creativos y más lentos para retener y profundizar el conocimiento.

Para estar informado

- Advertisement -
- Publicidad -
- publicidad -