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domingo, mayo 28, 2023

Edificio Wolf para crear historias

La protagonista de esta novela huye un buen día de su casa. Tiene solo veintitrés años, pero la distancia con su madre es tan grande que prefiere buscarse la vida. Seix Barral.

 

Alberto Rivera

Así inicia esta hermosa novela de Isabel Botero que pone a andar el gran mecanismo del tiempo para contarnos, en tres planos temporales distintos, las vidas de un puñado de personas atravesadas por el lugar al que la narradora ha podido encallar para no naufragar.

En el sótano del viejo Edificio Wolf, en el centro de Medellín, una mujer intentará conjurar su historia de desarraigo y soledad, mientras un fantasma y el recuerdo de una familia que huyó de Alemania por el advenimiento del nazismo ofrecen sus voces para contarnos cómo nuestra vida sucede siempre en varios planos simultáneos, en los cuales el presente contiene tanto el pasado como el porvenir.

A los 23 años, distanciada de su madre, decide irse a buscar la vida. ¿Es autobiográfico o no ese acontecimiento?

Sí, ese acontecimiento es autobiográfico. Me fui de la casa familiar a vivir al sótano del Edificio Wolf. Pocos meses después, comencé a escribir en un cuaderno a modo de diario y, sin saberlo, ahí quedó registrado el comienzo de esta novela.

Usas tres planos temporales distintos para la historia, como para no perder los personajes que tocas en la historia…

Son tres tramas y muchos personajes. Era un reto. Procuré que cada trama tuviera un registro, un tono, un ritmo y una voz fácilmente diferenciable de las otras. Hay personajes que se sostienen durante todo el relato, y otros que aparecen como un rayo y desaparecen. Era arriesgado, pero me parecía interesante que la novela pudiera dispararse hacia muchas direcciones.

 

 

 

 

 

 

 

La novela es desarraigo, es soledad tremenda… ¿cómo sobrevive a la tentación de desaparecer?

En la novela hay soledad y desarraigo. Pero también hay vínculos, sueños, proyectos, pequeños placeres cotidianos que le dan sentido a la vida de los personajes y a la mía.

¿Cómo llega a la narración esa migración alemana que parece surreal en la historia?

Esa trama responde a la historia de miles de familias europeas que emigraron a Sudamérica antes, durante y después de la segunda guerra mundial. Desde los primeros párrafos se menciona el Edificio Wolf y lo que se pretende es ir al origen de ese edificio en el centro de Medellín y porque su nombre tiene un apellido extranjero.

¿Cómo es descubrir el Edificio Wolf para la obra?

El Edificio Wolf es el nombre real del edificio en el que vive la protagonista y donde me fui a vivir cuando me emancipé. Es un edificio que aún existe en el parque de María Auxiliadora, en el centro. Es un lugar por donde casi no transito, pero cuando paso por allí no puedo evitar observarlo y sentir emoción. Es un lugar que me transporta a un momento muy intenso de mi vida. Fue el primer lugar en el que viví sola, en el que comencé a escribir con asiduidad y del que salí para recorrer el mundo. Fue el principio y el fin de muchas cosas.

Es tu primera novela, después de un libro de cuentos. ¿Cómo te pareció ese ejercicio, podremos tener una segunda obra?

El formato del cuento me parece fascinante. Es concreto y eficaz. Es como lanzar un dardo en un tablero. No hay mucho tiempo ni espacio para divagar. La novela permite viajar más en el tiempo, detenerse en el camino, lanzar la historia en muchas direcciones. Me gustó esa libertad. Comencé a escribir algo que tiene más cara de novela que de cuentos, pero aún no estoy segura en qué se convertirá. Igual, descubrí que la novela tiene un formato muy modular, a través de pequeños relatos que se van trenzando. Me siento cómoda en ese formato modular. Escribir capítulos cortos pero que van hilando una historia de largo aliento.

¿El mundo audiovisual y el literario, en el que se mueve, se confunden en su obra?

El formato tan específico de la escritura del guion permea mi manera de escribir. No es muy consciente, es como sé escribir. Escribo de una manera muy directa y visual, aunque en la novela me propuse explorar más el lenguaje y dejarme deleitar por él, algo que no te puedes permitir en el guion. Aun así, creo que no me gusta divagar mucho y tiendo a ir al grano. En el sentido contrario, la influencia de la literatura en los guiones, quizá resida en que me gusta ser exigente con la forma cómo están escritos aunque tengas muchas más limitaciones desde el punto de vista del lenguaje.

 

Isabel Botero

(Medellín, 1976). Comunicadora social y periodista, con maestría en Escritura de guiones para cine y televisión (Barcelona) y Escrituras creativas (Medellín). Durante su carrera profesional ha combinado el mundo audiovisual y el literario. Ha escrito varios libros de carácter periodístico y guiones de ficción. Es autora de Vine a buscar el desierto, una colección de cuentos ganadora del Premio Libro Cuento Inédito, de la Alcaldía de Medellín, en 2018, y publicada por Seix Barral. Edificio Wolf es su primera novela.

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