“Juego limpio, señores”, dice el locutor de marras, pero eso de limpieza en la ética deportiva es poco convincente. Generador de amores y odios, de pasiones, animadversiones; de vehemencia y de estupidez. Pero así se quiere, porque querer y amar hacen parte de esos sentimientos que nos hacen humanos e irracionales. El deporte despierta las…