Jaime Bedoya Columnista * Juan Pablo II, ultraconservador como era, dijo algo tan revolucionario, que sorprendió a todos, en especial a quienes someten a juicio crítico muchas verdades religiosas: El cielo y el infierno no son lugares, sino estados del alma. Esos espacios míticos donde se goza a perpetuidad de la beatitud de Dios, ubicado…