Maritza Salazar Velásquez Columnista Nada es para siempre, ni el cuerpo que habitas, ni los pensamientos en tu mente; ni las emociones más transparentes o aquellas de las que te arrepientes; ni siquiera las sonrisas, ni el llanto, ni la noche clara, la tormenta, el mar en calma o la vertiente. Nada es eterno, nada…