Maritza Salazar Velásquez Columnista Nacimos perfectos, puros, dulces, amorosos de alma y de mente, completos de pies a cabeza, rebosados del poder de la fuente. La naturaleza con la que nacimos la perdimos de repente, o poco a poco, cada vez que nos condicionaron, enseñándonos lo que debíamos ser, sin preguntarnos si era lo que…

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