Héctor Tabares Vásquez Columnista Lo medité, fue pensado, me dije y expresé interiormente, constituyó una promesa, un imperativo, no era posible aplazarlo por mayor tiempo, la necesidad apremiaba, el fantasma rondaba y no había momento, instante o segundo libre de puya y el estar recordándolo siempre, como si nunca hubierase dicho o anotado algo sobre...