Ricardo Tribín Acosta Columnista Es mejor callar que locamente hablar, así lo expresaba mi inolvidable “Erguelita”, Lidita Jaramillo, de quien aprendí y grabé tan valioso aserto. Lo anterior perfectamente enmarca en la afirmación de que en las relaciones personales nada vale tanto como la moderación de la lengua y la pluma, o sea que es…

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