Maritza Salazar Velasquez Columnista Cuando el huracán llegó, yo era una casita de hoja lata, con el techo roto y las guaduas que hacían de cimiento podridas por el agua; una guarida a término medio que resguardaba un poco de la lluvia, pero del viento frío no cobijaba; soportando cada ventisca y cada marea alta,…

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