Ayer se conmemoró el Día del Maestro
Que una persona sea educada a veces no tiene relación alguna con el nivel académico, existen quienes con título de posgrado carecen de la más mínima cortesía, y también analfabetas que son inigualables a nivel humano, no obstante, el acercamiento con la academia se ha considerado un factor asociado al desarrollo; se ratifica que más allá de la entrega de datos, en un mundo digital que tiene todas las respuestas al alcance del bolsillo gracias al teléfono móvil, los profesores se han convertido en acompañantes de la asimilación de la información y es ahora cuando se nota más, que su ejercicio profesional no es solamente el de compartir conocimientos, las personas que se dedican a la enseñanza están buscando generar reflexiones y aprendizajes que impacten positivamente en el mundo.
En el marco de la celebración del día del maestro, El Diario contactó docentes de los diferentes niveles educativos que existen actualmente e indagó acerca de cómo es para ellos su ejercicio.
Transición
La profesora Libia Mosquera, quien es docente de transición desde hace más de 20 años comenta de su experiencia que “ser maestra de grado transición es tener en las manos el tesoro más preciado. Hay que aprovechar esa oportunidad porque en dicho rol se permite soñar, cantar, bailar, explorar y hacer todo aquello que a la mayoría de los seres humanos les avergüenza hacer en la medida en que se vuelven adultos. Ese preciado tesoro inspira y lleva de su tierna mano a vivir las mejores experiencias sin temor a “hacer el ridículo”, sin tener que pensar en el error o el acierto; de la manera más despreocupada, espontánea y libre, simplemente, se vive feliz” su contacto diario con niños de hasta 6 años, su uniforme de colores y sonrisa amplia hablan de la esperanza que deposita en cada niño-semilla que siembra con amor y riega con conocimiento.
Básica primaria
Mientras tanto Claudia Rodríguez profesora de básica primaria en el CESAP opina que: “ser maestra es ser empática para entender con tolerancia las travesuras de los pequeños y a la vez poder corregir sin quebrar ilusiones, que nuestras miradas no dañen corazones, es convertirse en ejemplo e inspiración. El docente procura convertirse en una palanca que ayuda para avanzar y no piedra que retarde o impida ser a cada niño, también es acompañar y contribuir en la construcción de esas alas inquebrantables que les permitirán volar lejos. Si como maestros y maestras logramos que nuestros niña y niños nos recuerden y lo hagan con cariño y una sonrisa, seguramente el espíritu de nuestra profesión de maestros se cumplió”.
Bachillerato
A los niños pequeños se les debe tener paciencia ante su gran energía, pero conforme crecen, el ejercicio de la paciencia no es ante su inquietud física, se evidencia el reto de las entes que cuestionan todo cuando se llega a la adolescencia, reto al que se enfrentan profesores de bachillerato como Diana Milena Santa, quien enseña en Liceo de Occidente y comenta respecto a su labor: “Este es un oficio de altas y bajas, actualmente es muy difícil tratar de motivar a los muchachos, formarlos como personas, hay días en los que la profesión docente decepciona otros es sumamente grata, por otra parte no podemos dejar de lado que el contexto social y familiar complejo hacen cuesta arriba la tarea, otro elemento a mencionar es que el modelo educativo colombiano, planteado desde el constructivismo, en la práctica no es posible, la configuración que tenemos para el caso de bachillerato con más de 30 alumnos en un aula hace imposible atender a cada uno de la forma ideal que uno quisiera”
Cada etapa de la academia tiene una mirada distinta del ejercicio docente
Pregrado universitario
Juan Pablo Jaramillo, docente de la Fundación Universitaria Comfamiliar Risaralda considera que en su nivel de enseñanza “ser maestro es transformar vidas a través de la educación con valores. Por eso apoyamos a nuestros estudiantes a cumplir sus sueños e identificar su propósito superior para generar cambios positivos en la sociedad.” Precisamente la orientación vocacional que se reafirma en los pregrados demanda atención y acompañamiento por parte de quienes enseñan en ellos.
Posgrados
En las ligas mayores, se encuentran los posgrados, donde Miguel Alberto González González, PhD en ciencias de la educación y PhD en conocimiento y cultura en América Latina, quien funge como docente de posgrados Universidad de Manizales manifiesta al respecto “Ser maestra, maestro en posgrados es una de las mayores distinciones a la que puede llegar un profesor, es uno de los mayores reconocimientos dentro del campo educativo, al fin de cuentas es encontrarse con el esplendor de la filosofía, de la ciencia, de la investigación, de la poética y de todos los saberes humanos para ser conversados y resignificados con un grupo de académicos que deciden posgraduarse porque deciden pensar en la sociedad, pensar en el mundo, pensar en su territorio y, ante todo, pensar que un mundo más digno e igualitario es posible desde la adquisición de saberes científicos, investigativos, filosóficos, éticos y estéticos. Saberes y sabores que permiten contribuir en la búsqueda y consolidación de una sociedad equitativa, democrática, empática y librepensadora. En definitiva: Enseñar es hacerse inolvidable en el corazón del alguien”
Enseñar a profesores
Otro reto interesante que se encuentra a la hora de educar, es el de ser “profe de profes” como el caso de Jorge Luis Muñoz, quien desde su práctica docente en el doctorado en educación en desarrollo humano de la Universidad Católica de Pereira, el cual es un posgrado apetecido por los profesores a la hora de ascender en la escalafón, debe enseñarle a docentes continuamente y considera que: “ser profesor de profesores implica preocuparse un nivel más allá, sobre todo porque se está buscando la continuidad del proyecto de formación, entendida la formación como aquella posibilidad que tienen los seres humanos de contribuir para que las demás personas no sólo se formen disciplinalmente o académicamente sino especialmente como personas autónomas” Muñoz al enseñarle a los profesores, comprende que los conocimientos y prácticas que transmite, tomarán un camino de reproducción por parte de sus alumnos, que posteriormente revestidos como profes en sus respectivos entornos, multiplicarán lo aprendido, es una doble responsabilidad. Por otra parte, narra que paradójicamente los profesores suelen ser de los alumnos más dispersos.