Esta no es una problemática exclusiva de la capital risaraldense, en otras ciudades también se viene presentado esta grave situación, mostrando cifras verdaderamente preocupantes.
Una reciente investigación del Politécnico Grancolombiano señala que en los últimos seis años, 418 menores de edad de nacionalidad venezolana han sido aprehendidos, lo que evidencia el interés de las estructuras delictivas por esta población vulnerable.
En Pereira se ha vuelto común ver en las denominadas ‘ollas’ menores de edad del vecino país, ofreciendo todo tipo de sustancias psicoactivas, además muchos de ellos son utilizados para tareas más delicadas como ganar el control de diferentes zonas, para lo que deben utilizar la violencia.
Y esta no es la única situación en la que se utilizan menores de edad de nacionalidad venezolana, también niñas del vecino país, están siendo prostituidas por las bandas delincuenciales o por sus mismos familiares. En Risaralda fue conocido hace unos meses, el caso de una menor de edad venezolana que fue abusadas sexualmente y asesinada en Santa Rosa de Cabal.
Hay que tener en cuenta que las bandas delincuenciales vienen utilizando menores de edad desde hace un buen tiempo, pero la mayoría eran de nacionalidad colombiana porque no se tenía el movimiento migratorio que se viene presentando en los últimos años.
Investigación
Señala la investigación de la entidad mencionada que “los menores de edad migrantes están siendo involucrados en este lucrativo negocio. Son elegidos porque son las ‘fichas perfectas’ para encargarse de la venta y distribución de sustancias psicoactivas, al reducir el riesgo de pérdida, debido a que los menores pasan desapercibidos ante las autoridades.
Es claro que la migración de personas venezolanas, en extremas condiciones de pobreza, es aprovechada por las bandas delincuenciales, porque representa mano de obra barata, lo que ha ocasionado aumentos significativos anuales en las cifras de aprehensión.
Inclusión social
Juan Manuel Núñez, asesor de la Dirección de Política de Drogas y Actividades Relacionadas del Ministerio de Justicia, señaló que entre más aislado se deje a la población migrante de los servicios institucionales o de la acogida por parte de la comunidad colombiana, más a merced de los criminales van a estar, ya que ellos actúan rápido ofreciéndoles protección y empleo, para lograr sacar provecho de su condición.
La investigación señala además que “las bandas de microtráfico ejecutan dinámicas a costa de la vulnerabilidad de los menores de edad y se convierten en uno de los mayores y más graves flagelos que azotan el equilibrio social, al atentar contra el bienestar, sacar provecho de la necesidad, inocencia, falta de control parental, núcleos uniparentales, situaciones complejas y dificultades en el proceso de escolarización de los niños, niñas y adolescentes que se ven involucrados.