Por Mariana Suárez Guarín
Jaime González Moscoso, desde la infancia hizo teatro en Dosquebradas y no para de soñar, ha venido dejando huella, marcando el sendero teatral a lo largo del mundo con sus zancos y llevando su gran talento a los principales festivales del mundo. En su paso reciente por Pereira presentó su nuevo libro, él nos contó sus experiencias.
Jaime González Moscoso, es un actor dosquebradense que viene de la Escuela de teatro Antonieta Mercuri desde la infancia, es abogado de profesión y egresado de la Universidad Libre de Pereira. “Mi mundo siempre ha sido el teatro, la música, la cuentería, las artes escénicas y la danza, conformamos un grupo de teatro denominado Palo Q’sea, que nació en la ciudad de Pereira hace 35 años, desde hace 32 años estamos domicialiados en Barcelona (España) y desde allí hemos desarrollado todo un trabajo cultural a nivel de giras teatrales por todos los festivales de teatro que nos hemos encontrado en Europa, Australia, África y a todas partes donde nos inviten con nuestro trabajo teatral y musical. También desarrollamos teatro de sala y cuentería. En Pereira tenemos la Asociación cultural Palo Q’sea, desde el 2006 que nació de la idea de organizar ciertas cosas a nivel del teatro de calle y su correspondiente gestión, tanto buscando fórmulas, que tuvieran un carácter mucho más laboral y más profesional donde el actor pudiera tener su seguridad social, una caída en unos zancos puede costar mucho. Actualmente esta entidad presta servicios culturales a través de la investigación, creación, formación y producción alrededor de las artes escénicas”, confirmó González.
Los inicios
“Nosotros nacimos en Pereira con un espectáculo que se denominó ‘Rompe candela’, empezó en el marco de las fiestas de Pereira, en el año 1986, un grupo de teatreros nos unimos, salimos a las calles con el vestuario, las máscaras llenas de color, los zancos, en ese entonces la gente pensó que veníamos de afuera, y a través de la Asociación comenzamos a trabajar, con este show estuvimos en Manizales, allí nos conoció Fanny Mikey y ella nos invitó al Festival Iberoamericano en Bogotá, donde nuestro espectáculo tuvo muy buena acogida, y allí nos contactó un representante del Festival de Teatro Iberoamericano de Cadiz (España), quien nos extendió la invitación a este”, indicó González.
El trabajo en el exterior
“Para poder viajar a España en esa época nos apoyó económicamente el gobernador de Risaralda de ese momento, y así nos fuimos consiguiendo los pasajes de los demás integrantes del grupo para poder ir a ese festival. En ese lugar montamos una fiesta de cumbias, músicas, folclóricas colombianas, luego ellos hicieron una extensión de este festival en Madrid y fuimos allí también, trabajamos en las calles, hicimos presencia en el parque del Retiro, donde se congregaban otros artistas a buscar trabajo y luego un amigo nos invitó a Barcelona y allí nos fuimos ubicando en varias casas, luego una Asociación nos facilitó su sede, para que viviéramos un grupo de 10 personas donde estuvimos un tiempo y luego nos fuimos para un Festival de teatro las Américas en Montreal (Canadá), realizamos nuestros espectáculos y luego volvimos a España, organizamos nuestros documentos como asociación y papeles para todos los integrantes, con lo que trabajamos subsistíamos las 10 personas. Más adelante nos encontramos con Comediantes un destacado grupo en Cataluña, es una gran referencia de teatro de calle para nosotros y con ellos conocimos a un manager para poder posicionar al grupo en este país, era una necesidad urgente y ya arrancamos a desarrollar todo nuestro trabajo a otro nivel en Europa, en festivales en Francia, Alemania, Holanda, Bélgica, Italia, Portugal, Brasil, Australia, entre otros”, indicó Jaime González Moscoso.
El libro
El actor estuvo recientemente en Pereira lanzando su libro, un homenaje a su padre. “Estuve recientemente en la capital risaraldense presentando mi libro titulado ‘Siete lenguas del sabio caricaturista y otros relatos’, es un trabajo sobre cuentos y es un homenaje especial que quise hacerle a mi padre, Carlos González Ortiz que es el personaje central del libro, él trabajó en la fábrica de Textiles Omnes, durante muchos años, se jubiló de esta. Este ejemplar habla sobre su vida, relatos de cuentería, su relación con los trabajadores de la fábrica, su relación con la caricatura, y también se evidencian otros relatos del mundo de la cuentería, la idea es que los cuenteros los lean en voz alta, ya que ese tipo de narrativa, busca que se haga a través de un cuentero”, confesó González.