El ataque que ayer muy temprano sufrió la estudiante de la Institución Educativa La Bella, J. A. de 17 años, quien vive en la vereda El Aguacate e iba con destino hacia la sede La Cachucha. Dos sujetos que se movilizaban en una moto, le arrojaron un líquido desconocido en el rostro y esto fue la gota que derramó el vaso, para que los líderes de la comunidad pusieran en conocimiento otras situaciones.
La familia de la menor no la trajo a Pereira para valoración médica, según dicen ellos, ante las deficiencias que el transporte público presenta en ese sector de la ciudad. Le compraron allá mismo en el corregimiento unas gotas para la irritación ocular y en la tarde reportaron que todavía tenía los ojos rojos y sentía un poco ardida la cara. Que tampoco denunciaron, porque no sabían a quién denunciar, ya que los atacantes tenían puesto el casco.
Los líderes de la comunidad que hablaron con el periódico expresaron que de J. haber ido en el transporte escolar que debe enviar la Secretaría de Educación, esto no habría pasado. Al indagar por el estado de la contratación en el Secop, se encontró que al inicio de la segunda semana de marzo, los niños tendrán este servicio.
Los malandros y la guarda
El 4 de febrero por Mundo Nuevo, dos sujetos abordaron el bus urbano con destino a Pereira y antes de llegar a la zona poblada de la ciudad decidieron atracar al conductor, la esposa y otra pasajera. Este caso fue denunciado y es parte de investigación, porque utilizaron armas blancas para el hecho.
Por otro lado, en la vía Morrón – Villasantana está ubicada una finca en la que utilizan los servicios de guardas de seguridad privados. Algunos turnos los hace una joven que llega a trabajar en una moto de su propiedad. A ella también la semana anterior dos hombres intentaron robarle este vehículo. Los líderes insisten en que los patrullajes son muy pocos y no se realizan por todos los sectores del corregimiento y menos en la noche.