Liliana Cardona Marín
Ojalá no sea usted la próxima víctima, por eso le contamos para que los avivatos no lo cojan desprevenido y es que ante la enfermedad, el desespero llega fácilmente en búsqueda de una solución ágil y como eso ante el laberíntico mundo de las órdenes y autorizaciones entre Empresas Promotoras de Salud e Instituciones Prestadoras de Servicios es prácticamente imposible, los usuarios quedan desubicados e indefensos, por lo que son presa fácil.
Esta es la historia de Héctor y Mariana*. A padre e hija la vida los enfrentó a la enfermedad sin saber que aparte del proceso que ya en sí mismo les tocaba pasar, los ladrones lo iban a complicar aún más.
Así fue la estafa
El diagnóstico para el papá en septiembre de 2022, fue cáncer en etapa metastásica que había comprometido otros órganos del cuerpo. El paciente es un señor de edad muy avanzada y residía en Armenia, por lo que la hija que vive en esta ciudad decidió traerlo con ella. La denunciante dice que la EPS negó en un primer momento la tutela por cuidados paliativos.
El paciente es usuario de Sanitas en la capital del Quindío, pero cuando Mariana lo trajo preguntó quién se encargaría de los cuidados paliativos y le refirieron que sería la IPS H&L con sede en Cartago, aunque esto suena algo descabellado para una ciudad como Pereira, que cuenta con representantes de todas las EPS y sus prestadores de servicio, la hija pensó que alguien de allá se trasladaría para hacer las curaciones necesarias. En la aplicación de Sanitas la hija encontró que la autorización para la atención a su progenitor vence el 29 de este mes.
En la comunicación que ella estableció con la IPS (supuestamente) le dijeron que debía consignar el valor de la cuota moderadora por los servicios y lo que todavía es más extraño es que le dijeron que consignara por Nequi, la suma de $387.000, como copago por la terapia paliativa en casa. Aunque Mariana insistió en otra opción de medio de pago, hasta en efectivo cuando visitaran al enfermo, no la obtuvo y ante la necesidad de la atención para su padre decidió consignar, porque confirmó el RUT en Cámara de Comercio y el número del que la contactaron es el mismo que aparece en la página web.

La conversación siguió y le dieron el nombre del médico que llegaría a su casa, cuando no llegaron volvió a comunicarse y le dijeron que el equipo estaba en Belmonte y no alcanzaban, quedó para el día siguiente a las 10:45 a.m. y tampoco llegaron. En otra comunicación Mariana les dijo que era una estafa y le volvieron a repetir que sí lo harían. En una búsqueda en internet, se dio cuenta de los malos comentarios que tenía esta IPS, pero jamás se imaginó que los suplantaban, mientras la salud de su padre se deterioraba a pasos agigantados.
*(nombres cambiados para proteger el derecho a la intimidad).
El papel de Sanitas
La oficina de comunicaciones de Sanitas respondió desde el primer momento y diligentemente contactó a la IPS H&L de Cartago, quienes referenciaron que la factura que posee Mariana no corresponde a la que ellos entregan y que todo se debió a una estafa en la que cayó la usuaria. Por parte de la EPS empezaron la tarea de buscar una IPS en Pereira, que atienda las necesidades de don Héctor.