Después de abril – mayo de 2021, pocas cosas en Colombia volvieron a ser iguales. En este momento como lector usted tal vez estará pensando en el precio de los huevos y culpando a los revoltosos, pero la vida de muchas personas también valían mucho y esas sí se perdieron para siempre.
Históricamente abril ha significado revolución para los colombianos, así como mayo para los franceses, porque precisamente en abril el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán marcó el inicio de un periodo de violencia que hoy por hoy no acaba, sin nombrar bandos, ni señalar culpables. Es simplemente la forma de ser de una nación descubierta y fundada en la más absurda violencia en todos los sentidos y no solo por armas de fuego.
Una joven protagonista de la historia
Sidssy Uribe Vásquez, es una líder juvenil desde el arte y el pensamiento, más conocida por ser la hermana de Lucas Villa, el hombre que se volvió el símbolo de la protesta juvenil sobre todo en esta región, quiso compartir con el periódico su visión de lo que ha pasado durante este tiempo.
El 17 de marzo, cuando el presidente visitó Quinchía, Sidssy aprovechó para hacerle personalmente la solicitud a Gustavo Petro, para que el homicidio de Lucas se esclarezca, a lo que el mandatario respondió por fuera del programa y del protocolo que recordaba que para ese entonces, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos había emitido unas recomendaciones al Gobierno colombiano, que él acatará en el presente como presidente de la República. Entre ellas, además de algunas dirigidas a la reforma a la Policía, otras que se enfocarán en la indemnización y reparación a esas víctimas.
¿Cómo se ve el estallido social a dos años de los hechos?
“Justamente el estallido social se da porque hay un abandono estatal en muchas líneas, es un abanico de inconsistencias a escala de la ciudadanía que sale a reclamar cansada, porque la juventud siente que tiene posibilidades de formar un proyecto de vida, tener ambiciones, formularse un futuro, entonces es como bueno o luchamos ahora o ya nada más va a estar”.
¿Cómo le va a las víctimas?
“Afortunadamente para nosotros las víctimas es como un aliento, un hálito de esperanza que Gustavo Petro quedara como presidente, porque pues te soy muy sincera, muchos consideramos como líderes sociales, como víctimas y como activistas del Estallido que si otro presidente que representa lo que es la derecha extrema hubiese ganado, que eso era lo que temíamos, existía la posibilidad de tener que irnos del país. Se sabe que es un Gobierno que es muy joven, que tiene que venir a construir y a reformar. Nosotros nunca hemos querido abolir sino transformar”.
¿Todavía sienten temor?
“Ser asesinados es una posibilidad, porque esa es la realidad del país, de la gente que piensa diferente y eso es lo que queremos cambiar es dejar que gane valor lo que es el pensamiento hacia la defensa de la vida, es que eso no debe ser cuestionable ni de izquierda, ni derecha como dicen por ahí, el hambre no sabe de eso”.
¿Cómo va el caso de Lucas?
La Fiscalía en las conversaciones con la familia, les manifiesta que avanzan, que no han parado, pero Sidssy como víctima y como una persona que no sabe de litigios o de investigaciones, dice que ya son dos años y que tienen presuntos responsables por omisión. Ella hace énfasis en que es importante decir que el coronel Villamizar, que era el alto funcionario de ese entonces, dio la orden de que no podía haber nadie vinculado al proceso de su hermano y que las patrullas que estaban cercanas al lugar de los hechos no se acercaran.
“No sé si se podrá hablar de complicidad con los criminales en ese sentido, porque si la policía no entra a defender al ciudadano, ¿entonces? Ellos tienen que ir en contra de la criminalidad, la violencia y la delincuencia, por qué no acuden al auxilio del ciudadano, ahí se vuelve entonces cómplice del crimen y eso es algo, que estamos reclamando como familiares”.
Como familia sienten que no hay voluntad de resolver el caso, pues consideran que hay cabezas muy altas que no les interesa que el crimen se esclarezca. Las víctimas esperan que llegue el fin del periodo Barbosa, para que el proceso en verdad avance, pero eso será en 2024, lo que significa que todavía les queda mucho por esperar.