Pasar por la carrera 7 entre las calles 33 y 34, genera cualquier cantidad de sensaciones, pero ninguna de estas es buena. No se sabe a qué olerá al pasar, qué escena bochornosa se puede apreciar, qué animal saldrá del matorral o si es un poco más tarde, qué loco o ladrón de turno lo hará palidecer.
Desde hace tiempo los ciudadanos se quejan y se quejan de esta construcción fallida, primero tuvo un cerramiento que afeaba una de las arterias principales, pero de algo servía. Ahora, no está el cerramiento y la maleza ha extendido tanto sus dominios que el día menos pensado cubrirá el andén.
Un proceso más enredado que la maleza
La cidra es conocida en esta región como maleza, en un principio era comida para los cerdos en las fincas, pero últimamente la medicina natural ha descubierto innumerables bondades cuando es consumida por humanos.
Este proyecto fallido estaba pensado como una unidad residencial, multifamiliar y comercial compuesta por 135 apartamentos distribuídos en 10 pisos y un área construída de 6.000 metros cuadrados denominada ‘El Cidral’ ¿Qué vidente pensaría ese nombre? La idea también era poner 198 automóviles en sus tres parqueaderos subterráneos.
Se conoció que ese predio hace parte de la liquidación de una sociedad denominada Cigarrería Playa. Tiempo después el proceso de construcción se vio afectado, porque no accedieron a créditos hipotecarios, a eso hay que sumarle que presuntamente uno de los socios estaba en la Lista Clinton y ante la situación la banca no les asignó préstamos.
Cuando fracasó el proyecto se lo adjudicaron en común y proindiviso a todos los acreedores, que actualmente son los dueños (demandantes por acreencias laborales, dos personas de una antigua constructora y el municipio que tiene un pequeño porcentaje por cuenta del pago de impuestos), al haber una comunidad y otros copropietarios, el municipio no puede intervenir. En resumidas cuentas, este imaginario de miedo no tiene doliente, que sería un acreedor mayoritario o solitario que asuma el control.
Las afectaciones
El terreno tiene una fuente de agua subterránea que hace que esté constantemente inundado lo que hace mucho mayor el problema. Se debe tener en cuenta que el agua estancada en un clima como el de Pereira es propicio para el mosquito transmisor del dengue hemorrágico. La única entidad que podría hacer algo entonces es la Secretaría de Salud, como garante de la salud pública.
Cifra
2.500 metros cuadrados es el área total de este espacio.