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jueves, marzo 23, 2023

Dos mujeres, dos historias y sus luchas

Liliana Cardona Marín

Las celebraciones y demás actividades que están previstas para hoy, van más allá del hecho del género. Lo que los movimientos quieren reivindicar son las luchas por conseguir espacios y alcanzarlos, en sociedades netamente creadas por hombres y para hombres. Nada menos en días recientes se conocía en redes sociales cómo la vicepresidente global de Comunicaciones de Coca-Cola, ¿alguien de Quimbaya, Quindío allá? 

 

Y es que no hay motivo alguno para sentirse menos, por ser de esta tierra de promisión. De lo que sí hay que sentir mucho orgullo es que esto no haya sido impedimento para luchar por los sueños, para estudiar, esforzarse y estudiar más. Las dos historias de hoy se asemejan un poco: se trata de una pueblerina que ama la música, y una científica que estudió y estudió. Ambas representan la tesón de las pereiranas, pero lo más importante es que son muy felices en lo que hacen.  

 

La calle es música para sus oídos

Miyerly Ensueño Rodríguez Urrego supo desde muy pequeña que su vida giraría en torno a la música, al escuchar por primera vez el villancico ‘Mi burrito sabanero’. Era el Cartago de hace más de 40 años, pero su familia que ha sido de vena musical interpretó que lo que le hacía falta a la niña era entrar al conservatorio del pueblo y por eso entró a bandola, tiple y cuerdas típicas.

 

Pero el espíritu de Miyerly, es un espíritu libre, aventurero de tomar riesgos y escuchar a la vocecita interior. A ella lo que la motivaba profundamente era la guitarra eléctrica, era la década de los años 80, también quería ser su propio jefe, por eso, cuando poco después de graduarse como licenciada en Música de la UTP y la tarde antes de ser nombrada por la Secretaría de Educación de Pereira, como profesora de planta en el Aquilino Bedoya, se acercó a la alcaldía y les dijo que no, que muchas gracias y se fue con su música para otra parte.

 

La ciencia, camino estrecho para las mujeres

Raquel Weinhart-Mejía, sí que sabe lo que es estudiar. Para ella, hablar de algoritmos, de nanopartículas, moléculas y publicaciones científicas es como saludar. Su amor por la química y aprovechar el espacio-tiempo donde la puso la vida, la llevó por el camino de la Ingeniería, luego la Maestría en Ciencias e Ingeniería Macromolecular, el Doctorado en el ajuste del tamaño y la funcionalización de la superficie de nanopartículas supramoleculares y estructuras metal orgánicas para aplicaciones biomédicas, hasta el posdoctorado en la química de superficies para el desarrollo de un kit de detección de cáncer de vejiga.

 

La doctora Weinhart-Mejía, una pereirana radicada en la frontera entre Holanda y Alemania, cree profundamente en la familia, es madre de dos niños, una persona cálida y sencilla, nada que ver con el concepto de estudioso de la ciencia que mira por encima del hombro.

 

¿Cómo se realiza un sueño?

Como toda jovencita recién llegada a la ciudad, Miyerly tuvo varios empleos pero a lo único que prestaba atención era a los vendedores que llegaban a los lugares donde ella estaba de recepcionista, aprovechaba para preguntarles todo lo concerniente al tema, mientras investigaba sobre ese mundo tomó una decisión seria y acertada, se matriculó en la universidad, pero ella hacía parte de la mitad que iba detrás del conocimiento musical y no de ser pedagogo.

 

Poco tiempo después llegó a su vida la oportunidad de vender tinto en las calles y ¡eureka! ya nadie la volvió a sacar de allí. La facultad quedaba en el parque Olaya, por lo que aprovechaba cuando no tenía clases o había paro para volarse a vender café, ya en la mitad de la carrera vio que aquello de la guitarra eléctrica nunca se iba a dar y aunque pensó en retirarse vio que en los instrumentos de viento algo le sonaba “Yo seguía era para adelante, para adelante”, recuerda Miyerly y tampoco se dejó amilanar por la presión social cuando le decían: ¿le quedó grande la carrera y por eso vende café?

 

¡Hay que mostrar la motivación!

Cuando se le pregunta a la doctora Raquel por la clave para conseguir los sueños, solo responde: “Que ellos le vean a uno la motivación, lo que he conseguido es porque ellos han visto en mí eso y se los demuestro”. Reconoce que al convertirse en madre las cosas cambiaron, porque ya no puede estar tanto tiempo en el laboratorio y aunque reconoce que su esposo le presta mucha ayuda, se compara con los científicos que son padres y ve cómo para ellos la vida sigue igual y aunque sea Europa, en eso la situación no se diferencia en nada a los países latinos.

La doctora demuestra cada día en el laboratorio que no hay barreras que impidan hacer lo que uno quiere.

Se le preguntó a la doctora cómo se vivía un día de la mujer en Alemania y dijo que allá no se ven rosas, regalos o cosas por el estilo, lo que sí tienen es que han normalizado que las mujeres hagan doctorados y que ellas tengan igualdad de oportunidades para competir con ellos por conseguir los empleos.

 

Dato

Miyerly vendió café hasta el 22 de marzo de 2013, pasó del café a la música en la misma calle, el café le había dado para comprar un saxo. Está por celebrar 10 años entregando bellas melodías a los pereiranos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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