No es un secreto que la adicción a la heroína en el área metropolitana crece de manera exponencial sin que hasta ahora se haya podido establecer el número de personas que dependen de esta ‘droga maldita’ como la llaman incluso entre los traficantes.
La heroína tiene un alto grado de adicción, sabiendo esto los expendedores llegan cerca a los colegios, donde dan a probar a los niños que en cuestión de 15 días se hacen adictos.
Científico
Carlos Alberto Isaza Mejía es médico de la universidad de Caldas, especialista en farmacología, fue profesor por 40 años en la UTP en el área de farmacología y actualmente es empresario investigador, director científico del centro de células madre y biotecnología. Nació en Viterbo, pero entre estudio y trabajo llegó a Pereira, en el año 1980 ha entregado 43 años de su vida a esta región, el amor por la medicina nació a partir de dos razones, era la carrera más cercana para jugar en la vida un papel de tipo humanitario y por los avances científicos espectaculares que se benefician a la humana.
Investigaron
Conociendo los daños que eran casi irreversibles, el doctor Carlos Alberto Isaza y un grupo de investigadores, desarrollaron un tratamiento específico para cada paciente de acuerdo con su genética y su metabolismo, el cual fue exitoso para tratar la adicción; este se aplicaba a los pacientes en convenio con el Hospital Mental, entidad encargada de la atención a estos adictos.
El tratamiento
Consiste en bloquear el síndrome de abstinencia con metadona, un fármaco de efecto duradero y relativamente suave, cuyo propósito fundamental es la ‘reducción del daño’, es decir, la disminución de los niveles de consumo de la heroína y de la disfuncionalidad del paciente, de acuerdo con los resultados de la información genética obtenida del paciente como la condición del metabolismo del hígado, pues de ello dependerá la dosis de metadona que requiere el paciente y los cuidados especiales que debe tener con este medicamento.
El doctor debe evaluar el síndrome de abstinencia a partir de la construcción de una relación de confianza y autoridad sin castigo, que le permita conocer de verdad la situación del paciente y lograr que exprese cómo se siente en el proceso y que confiese cuando recae, pues esta es una oportunidad para medir la efectividad del tratamiento, porque si el paciente recae e indica que no consiguió un efecto similar a como lo vivía antes de la metadona quiere decir que el tratamiento sí está funcionando.
El programa también sugirió realizar pruebas de orina aleatoria para comprobar la honestidad de los pacientes y la eficiencia del tratamiento.
El programa acabó
Por desgracia, se perdieron los protocolos de tratamiento y de atención, que el doctor Isaza y su equipo habían construido y se desmontó el programa siendo sustituido por nuevos lineamientos técnicos que sugieren dosis estandarizadas para los pacientes como si se tratase de controlar la diabetes o la presión, el suministro actual de metadona no tiene más control que una receta médica y un sello, y la invasión de este medicamento que se puede conseguir legal o ilegalmente está matando a la gente, no hay pruebas genéticas, no hay pruebas de orina, no hay transporte no hay ayuda más que una pastilla.
Contexto científico
Los opioides son todos los psicoactivos que salen del opio, alcaloide que proviene de la amapola, que después de recibir un corte brota una leche, que se recoge, se reseca y se convierte en opio. Una fábrica de alcaloides, sustancias psicoactivas naturales y otras modificadas desde la molécula como la heroína.
Así actúan en el cerebro
Como drogas de abuso, estos opioides llegan al cerebro y se acumulan en ciertas áreas, sobre todo en los centros de placer y recompensa, elevando la concentración del neurotransmisor de la felicidad, la dopamina, que lleva a quien lo consume a una sensación de ascenso, sensación que se convierte en adicción y que termina secuestrando los centros de placer, por ello el individuo que se vuelve adicto, se limita a consumir cumpliendo la agenda de placer abonando necesidades como alimentarse.