Hasta ese día, el peligro era el río
Liliana Cardona Marín

Día 1: cuando la tierra explotó
*6:03 a.m. Stella Chavarriaga se levantó, un poco aperezada, la noche anterior habían estado reunidos charlando en familia y comiendo torta por el cumpleaños de su hija mayor. Se asomó por la ventana y al ver la lluvia recordó que en el colegio permitían la entrada un poco tarde cuando hacía invierno, por lo que dejó que su hijo menor durmiera otro rato.
La casa ubicada en la Avenida del Río de Pereira # 25 – 26, cimbraba cada que pasaban camiones grandes, pero esta vez ese movimiento fue diferente ¿eran varios camiones o estaba temblando?
*6:14 a.m. Stella volvió a ver por la ventana y el panorama había cambiado radicalmente, era una avenida de barro, piedras y palos. En medio del aturdimiento se fue a sacarlos de la cama y a ayudar a su mamá a salir. Cuando abrieron la puerta, el lodo les subió más arriba de las rodillas, todo era un caos y empezaron a ver esparcidos algunos de los 15 cuerpos de los vecinos de toda la vida.
*6:40 a.m. Llegó al lugar de la emergencia el fotógrafo Andrés Otálvaro, fue el primero, la vista lo dejó sin palabras y le puso a prueba la capacidad de reacción ¿botas? se quedaron en la oficina, así que para adentro del desastre en tenis, porque ya todos los grupos de emergencia actuaban al tiempo con los habitantes del lugar que sabían perfectamente cómo estaban repartidas las viviendas y cuántas personas a esa hora todavía se encontraban en lo que a esa hora eran pedazos de material y no casas en pie.
*7:00 a.m. Los medios nacionales informaron en la primera emisión de noticias que había sucedido una emergencia en Pereira, que se hablaba de varios muertos y que se irían entregando boletines informativos. La lluvia en la ciudad no paraba, las sirenas de las ambulancias no descansaban, se empezó a movilizar la más grande cadena humanitaria que había conocido la ciudad hasta entonces, la comida llovió por toneladas: preparada y en mercados, pero como todos querían ayudar, los aprovechados también llegaron en taxis a recoger ayudas.
7:30 a.m. La acequia
Aparece en la escena el barrio La Esneda de Dosquebradas, porque lo que los habitantes de estas riberas del río Otún, siempre temieron fue a una gran creciente o una avalancha que bajara desde La Florida, donde está la cuenca, una zona muy lluviosa y donde caen unos aguaceros de los que se tiene noticia en Pereira, apenas horas después. Nadie pensó en el morro, como los lugareños llaman al terreno en el que empieza el Municipio Industrial en sentido sur – norte. Y es que la gran distancia que abarca el Viaducto, metros abajo por la orilla del río, se reduce tanto que basta atravesar un pequeño puente amarillo para pasar de un municipio a otro.
No fue la furia de la naturaleza, el mal y olvidado mantenimiento de la acequia era una amenaza latente, que el invierno puso la gota que derramó el vaso es otra cosa. Este sistema de generación energética atraviesa el filo de un terreno que está conformado en tramos por tierra y en otros por peña, esta fue una de las razones por las que el derrumbe que cayó no fue más grande.