El elevado costo de vida en el país, que ha llevado a los colombianos a perder su poder adquisitivo, hace pensar a expertos en materia que para establecer el incremento del salario mínimo, también se deben plantear estrategias para incrementar la productividad.
Aún no se conoce la proyección con respecto a la inflación del Banco de la República para finales del presente año, y en Colombia ya se habla de una cifra de dos dígitos para el incremento del salario mínimo del 2023, expertos aseguran que deberá tratarse de una medida técnica y no “populista” por medio de la cual se garantice que el poder adquisitivo que gane el trabajador, no se pierda con el costo de vida que en el país viene en aumento.
“Le dicen los empresarios al Gobierno y a los sindicatos, que la manera más fácil de combatir una inflación, es intentar ayudar a las personas a que la inflación disminuya, más no aumentar los ingresos porque sería apagar un incendio con gasolina, si aumentamos los ingresos de la población inmediatamente hacemos que la demanda de esa misma población crezca, y cuando crece se aumenta la oferta y genera que los precios en vez de ceder, suban más, el juego de la oferta y la demanda”, explica Jhon Alexander Portilla, economista y docente universitario de la ciudad de Pereira.
El experto en materia asegura que es necesario al momento de pensar en una cifra para el aumento del salario mínimo determinar cómo lograr que la productividad del país sea mayor para evitar que los precios se sigan disparando y la gente no se vuelva pobre, “No aumentar los salarios, sin aumentar la productividad, porque al aumentar la productividad en el campo, en la industria, pues vamos a generar que la oferta se aumente, ese es el planteamiento”.
El análisis del experto explica lo ocurrido en el mes de julio cuando la inflación terminó por superar el incremento del salario mínimo de los colombianos, la cifra anual registró una variación del 10,21%, si se tiene en cuenta esta con respecto al incremento que bajo el decreto 724 el Gobierno nacional fijó en 10,07%, es evidente que dicho aumentó se perdió y con esto el poder adquisitivo de los colombianos.
Otros planteamientos
En un reciente pronunciamiento para un medio de comunicación nacional, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, advirtió de la posibilidad de que el aumento para el próximo año estuviera por el 20% o el 25%, teniendo en cuenta el panorama actual.
“Nosotros obviamente estamos en contra de que el aumento sea muy grande porque hay que pensar, no solamente en las personas que actualmente están en el empleo formal, sino en aquellos, la gran mayoría, que son el 63% de los colombianos, que no tienen acceso a un empleo formal. Ojalá se pueda pensar en cifras muy moderadas para el aumento del salario mínimo”, dijo el director de Fedesarrollo, quien a finales de octubre espera presentar una estimación oficial.
De otro lado y desde el sector sindical de Risaralda aseguran que están a la espera de los diálogos en los que puedan presentar una propuesta unificada que solo contemple el incremento. “También otros aspectos que pueden ayudar a contribuir a que se regule un poco la economía y mejore el poder adquisitivo de los trabajadores”, dijo a este medio Lina María Montilla Díaz, presidenta CUT Risaralda.
La líder sindical advierte que teniendo en cuenta el movimiento de la inflación, efectivamente hay una pérdida de poder adquisitivo. “Independiente del valor que sea, que sea a favor de los trabajadores, un salario móvil, vital y justo como lo plantea la constitución política, porque en años anteriores se ha hecho es un incremento a fin o acomodado a las intenciones de los empresarios”.
Montilla agregó además que de los cinco elementos aprobados para el incremento del 2022 solo se cumplieron dos, y esperan que esta vez con la propuesta que llevarán ante los empresarios y el gobierno, se cumpla de forma integral con el acuerdo.