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martes, octubre 3, 2023

La pandemia llevó de nuevo a los consumidores a los canales tradicionales

Iván Ernesto Ramírez, es propietario desde hace varios años de una tienda de barrio ubicada en la carrera 11 entre calles 29 y 28, este es el sustento para su familia y él mismo se encarga de atender su negocio con ayuda de su esposa. Para él, la pandemia se convirtió en una oportunidad para mejorar sus ingresos y fortalecer su negocio. Pues al presentarse restricciones de movilidad y el difícil acceso a supermercados, muchas personas vieron en las tiendas de barrio la principal opción para proveerse de sus productos básicos y pasar los días en casa. 

“Las tiendas como está han sido la mejor opción para muchas personas, ya que por medidas como el pico y cédula o el hecho de hacer una larga fila para poder ingresar a un establecimiento, se volvía incomodo para las personas, además de estar exponiendose en estos lugares, que por lo general son más concurridos que una tienda como esta” agregó el empresario. 

Según información entregada por la Federación Nacional de Comerciantes, cerca del 45% de los ciudadanos realizaron sus compras en las tiendas de barrio y droguerías, las cuales fueron primordiales para la provisión de productos básicos de la canasta familiar, de medicamentos y elementos de bioseguridad. 

“La mejor fuerza de venta es el tendero y el farmaceuta. Ellos son la voz de los productores y distribuidores, de la industria de alimentos y de artículos del hogar” agregan desde la entidad gremial.  

La economía de confianza o el llamado ‘fiado’, las recomendaciones sobre cómo aprovechar las ofertas y los productos en cosecha, la venta en pequeñas cantidades y la posibilidad de satisfacer las necesidades de abastecimiento sin grandes desplazamientos han permitido a las tiendas y droguerías de barrio ser unas aliadas para los consumidores por la cercanía.

 

Nuevos productos

Esta dinámica llevó a que los proveedores llegaran a las tiendas con opciones más adecuadas para los usuarios y en 2020 efectuaron lanzamientos de nuevos productos a imagen y semejanza de lo que requieren los aporreados consumidores de estratos populares. Más interesante aún es la constatación que en miles de tiendas de barrio sus dueños hicieron ampliaciones de sus locales. 

Ante la recomposición de la demanda por efecto del aislamiento obligatorio, el formato quedó chico y buena parte de los tenderos dieron el paso difícil de vender también más productos perecederos como las frutas y verduras, para lo cual debieron reducir la oferta de ciertas categorías y hacer un mejor uso del poco espacio de los establecimientos. Muchas familias consideraron que no tenía sentido mercar lejos de sus hogares, exponiéndose a utilizar transporte público.

“Al inicio con los proveedores fue complicado que nos llegaran los productos, porque muchos de las pedidos se empezaron a tomar de manera virtual y después despachaban. En ese aspecto adaptarse al tema virtual fue difícil, porque no era algo para lo que estábamos preparados, pero finalmente pudimos llevar el proceso y fueron llegando incluso nuevos productos y ofertas con las que se fidelizaron los clientes” agregó Ramírez.

Igualmente uno de los puntos que preocupa a este empresario es al alza en los precios de algunos productos que se ha venido dando desde incio de año, pues esto puede llevar a que estas tiendas compitan en precios con las grandes superficies, por lo que podrían perder los clientes que han ganado hasta el momento. Dentro de los insumos que más a aumentado su costo son los productos perecederos.

 

Micronegocios    

En la ciudad de Pereira, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, hay un total de 58.915 micronegocios, de los cuales 21.727 hacen parte del sector comercio, que operan principalmente como tiendas de barrio, ubicadas en sectores populares, en donde aún no llegan otros establecimientos de comercio. Además el plus de estas empresas es la facilidad de pago que se puede dar, así como también la diferencia en precios que manejan, en comparación con superficies más grandes. Del total de los micronegocios en la capital risaraldenses, 33.975 son de propiedad de hombres y 24.940 de mujeres. 

Un micronegocio es la unidad económica con máximo 9 personas ocupadas que desarrolla una actividad productiva de bienes o servicios con el objeto de obtener un ingreso, actuando en calidad de propietario o arrendatario de los medios de producción.

El 74,1% de los micronegocios en el país fueron constituidos solamente por el propietario. Los creados por el propietario y uno o más familiares corresponden al 17,2% a nivel nacional; este porcentaje en los centros poblados y rural disperso aumenta al 24,8%, mientras que en las cabeceras municipales disminuye a 14,0%. Desde la perspectiva del motivo principal de creación, el 34,8% de los micronegocios fueron constituidos porque su propietario no tenía otra alternativa de ingreso, y el 28,8% debido a una oportunidad de negocio en el mercado.

Igualmente el 27,6% de estas microempresas se ubican en una vivienda; el 17,3% y el 14,6% se encuentran en un local, tienda, taller, fábrica, oficina o consultorio.

Las actividades económicas realizadas por los micronegocios comprenden desde la pequeña miscelánea de barrio hasta los servicios de consultoría especializada, e incluye las profesiones liberales, las ventas ambulantes y las confecciones al interior de la vivienda. Es un grupo heterogéneo y puede desarrollar la actividad en cualquier emplazamiento

 

Informalidad

En este aspecto la Encuesta de Micronegocios evidenció que el 75,7% de estas unidades económicas no cuentan con Registro Único Tributario -RUT-, y el 87,8% no tienen Registro Mercantil.

Así mismo, se indagó sobre los aportes hechos a salud y pensión por parte del propietario del micronegocio con cargo al presupuesto de dicha unidad económica. El 87,5% de los propietarios de micronegocios no aportó para salud ni pensión; sin embargo, esto no quiere decir que se encuentran por fuera del sistema de seguridad social ya que la opción “No aportó” incluye a beneficiarios del régimen contributivo y a afiliados al régimen subsidiado; el 4,5% solo aportó para salud, el 0,4% solo para pensión, y el 7,7% sí lo hizo para ambas categorías. Por otra parte, el 94,8% de los propietarios de micronegocios no hicieron aportes para la Administradora de Riesgos Laborales -ARL.

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