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miércoles, marzo 22, 2023

Una sensación distinta

Dice un informe de la Policía que en Pereira el mes de enero pasado fue el comienzo de año con menos homicidios de los últimos veinte años. Según el Instituto de Medicina Legal, en esta capital se presentaron sólo seis hechos de esta naturaleza lo que constituye una significativa disminución frente a los años anteriores.

Por supuesto que no se puede poner en duda el informe de Medicina Legal sobre este flagelo que arrincona a muchas ciudades del país, aunque lo que ocurre cada día en Pereira y de lo cual los medios de comunicación dan cuenta en detalle, deja una sensación completamente distinta al mensaje que envían las autoridades con su informe.

De todas maneras, la menor tasa de homicidios que registra la Policía, a pesar de que es un buen mensaje, no alcanza a disipar la creciente percepción de inseguridad que hay entre los pereiranos. En Pereira, según recientes encuestas, hay la sensación generalizada de que la ciudad es peligrosa, de que no se puede salir a la calle después de la siete de la noche y de que hay sectores por donde no se puede transitar a pie a ninguna hora del día o de la noche.

Esto desafortunadamente corroborado por los altos registros de hurtos a personas, a establecimientos de comercio y a residencias, de robos de vehículos y de atracos en zonas de la Ciudad que tradicionalmente han sido tranquilas y seguras como La Circunvalar o como el sector de Cerritos.

Los homicidios son, claro está, el delito que más impacta a los habitantes de una comunidad, pero no necesariamente el que más los afecta. Nada atemoriza más a los ciudadanos ni los encierra en sus casas, que los atracos o los robos que ocurren en las esquinas de sus barrios, o la presencia repetida de sujetos peligrosos en los parques y lugares públicos cercanos a sus viviendas, o en los alrededores de los colegios de sus hijos.

Tal vez la gente preferiría no tan buenas tasas en homicidios en la Ciudad, pero que pudiera caminar tranquila por las calles, que los deportistas pudieran salir a trotar o a montar en bicicleta sin el riesgo de ser atracados o que les roben su cicla, que las señoras puedan ir a los centros comerciales, que los adultos mayores pueden ir a los parques a encontrarse con sus amigos y que los jóvenes puedan ir a los sitios de diversión, sin los peligros de ser escopolaminados y robados.

Aunque, en realidad, poca esperanza hay de que igual que los índices de homicidios han rebajado en la Ciudad en los últimos meses, también disminuyan los hurtos, los robos, los atracos, las extorsiones, los fletos y la violencia sexual, mientras el 90% de los capturados por la Policía luego de cometer uno de estos delitos, sea dejado en libertad al día siguiente por la Justicia.

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