El 2022 fue un año doloroso para Pereira y Risaralda en la comisión de delitos contra la integridad y el honor sexual de sus habitantes. Según el informe que acaba de entregar el Instituto Nacional de Medicina Legal, el año pasado se presentaron en Pereira 486 hechos de violencia sexual y en 833 en el Departamento, convirtiendo a esta región en la sexta del país con más casos de esta naturaleza.
Estos datos, de acuerdo con el mismo informe de Medicina Legal, significan que los delitos sexuales en el Departamento se han duplicado en los últimos siete años. Mientras en el 2015 el número de casos que se presentaron fueron 477, el año pasado llegaron a 833, prácticamente el doble de los anteriores.
En el caso de esta capital el resultado es especialmente preocupante, no solo porque la pone de primera entre las tres ciudades del Eje Cafetero, sino porque los casos de delitos sexuales que se conocieron aquí, fueron más que la suma de los registrados en Manizales y Armenia juntos.
Esto con una agravante y es que el número de casos que llega a conocimiento de las autoridades está lejos de corresponder a la verdadera realidad. Por razones que van desde la incredulidad en la efectividad de las denuncias, hasta la amenaza que usualmente hace el victimario a la víctima para que no lo denuncie y pasando porque en un alto porcentaje el agresor es un pariente cercano al ofendido, éste prefiere no recurrir a los funcionarios respectivos y guardar silencio.
Hay otra circunstancia que agrava aún más el preocupante avance de los delitos sexuales en el Departamento y es que en cuatro de cada cinco casos que conocen las autoridades, la víctima es un menor de edad, lo que, además de la gravedad del hecho, también contribuye a que no sume en los registros oficiales.
Y un elemento más que acaba de oscurecer el panorama de los casos de delitos sexuales en el Departamento, cada vez son más los menores de edad, niñas y niños, de nacionalidad venezolana, los que, según el informe, están resultando ser víctimas de un delito de esta naturaleza.
Lo peor de todo esto, es que las autoridades no tienen en la Ciudad ni en el Departamento, configurada una estrategia para combatir estos dramáticos delitos. Es más, se puede afirmar sin lugar a cometer un equívoco, que absolutamente nada se está haciendo hoy para atacar este mal y menos aún para prevenirlo.
El gran reto de las autoridades es, pues, primero lograr que no se quede ni un solo caso de abuso sexual sin la correspondiente denuncia y segundo, reducir al mínimo los casos de delitos de esta naturaleza en el Departamento, especialmente en los que la víctima es un menor de edad.