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domingo, diciembre 10, 2023

¿Qué más se necesita?

Los resaltos, pues, no son un capricho de los habitantes de Cerritos, sino un grave problema para la movilidad y la competitividad de la ciudad.

Qué más se necesitará para que el Instituto Nacional de Vías entienda que los resaltos que instaló, sin mediar el más mínimo análisis, sobre la doble calzada Cerritos – Pereira unos metros antes del cruce de “El Tigre” y supuestamente para facilitar esta operación en ese sitio, son el peor absurdo que pueda haber.

Este periódico en todas sus páginas, su edición digital, los noticieros y todos los portales de información que hay en la ciudad, están cansados de mostrar todos los días los cada vez más grandes y largos trancones que se hacen en ese lugar por cuenta de los famosos reductores de velocidad; sin embargo, a los funcionarios de esa entidad parece no importarles, ni querer ver lo que allí está sucediendo.

El director del Invías dijo en una reciente entrevista que la entidad estaba buscando una solución definitiva al cruce de “El Tigre”, pero que mientras tanto no se pondría en peligro la seguridad de quienes cruzan la vía en ese sitio, en una clara alusión a que no se levantarán los elementos allí instalados.

Por supuesto, estamos seguros que nadie quiere que con la solución que se le de a los trancones permanentes de la vía, se ponga en peligro la vida y la seguridad de las personas que utilizan el cruce del “El Tigre”, lo que se espera es sensatez por parte del Instituto Nacional de Vías y un poco de interés por lo que está pasando en la vía con más alto tráfico de la ciudad, pero que está a su cargo, y por la que viaja todo el tráfico que se mueve entre el sur-occidente y el centro y el norte del país.

Para el Instituto la forma de darle seguridad a los usuarios del cruce, son los reductores de velocidad; pero estamos seguros que si alguien hubiera medido la cantidad y la periodicidad de los vehículos que cruzan por allí, frente a los que circulan por la vía, con absoluta seguridad no se hubiera tomado la decisión de instalar las tres tandas de resaltos que se pusieron, sino cerrado ese paso y adecuado uno más adelante donde la visibilidad permitiera el regreso sin poner en peligro la seguridad de los viajeros.

Obviamente, esta no es la solución definitiva para este grave problema que afronta la ciudad, lo que allí se necesita es deprimido o un paso elevado o algo parecido que solo lo dirá un estudio serio que aún no se ha hecho y que todo índica el Invías no tiene interés de hacer, por lo menos en el corto y mediano plazo.

Ahora, entre tanto la pregunta que nos hacemos es qué está haciendo la Administración Municipal para atender este problema. Aunque esta es una vía nacional los efectos del problema son para la ciudad. Cuánto se pierde en competitividad si moverse entre la zona de más alto desarrollo y su aeropuerto o el centro administrativo, comercial y financiero, tarda horas. Qué inversionista se va a animar a invertir o a instalar su empresa en Pereira cuando se entere de los problemas de movilidad de la única entrada que tiene la ciudad.

Los resaltos, pues, no son un capricho de los habitantes de Cerritos ni de sus empresarios, sino un grave trancón para la movilidad y la competitividad de la ciudad.

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