18.4 C
Pereira
lunes, marzo 27, 2023

Pobre Partido Conservador

Vergonzoso, por decir lo menos, lo que acaba de pasar en el Partido Conservador. Después de varios meses de rebelión interna contra el presidente saliente, por, según la mayoría del Directorio Nacional, poner la colectividad al servicio de sus intereses personales, todo terminó en un burdo negocio político entre el anterior y el nuevo dignatario.

En palabras del propio presidente entrante, el relevo se dió no solo en los términos más cordiales, sino luego de un amistoso acuerdo según el cual el senador Efraín Cepeda asumió la presidencia del Partido Conservador y el también senador Carlos Andrés Trujillo, hasta la semana pasada presidente del Directorio Nacional, será el presidente el Congreso en el último periodo constitucional de la actual legislatura, cuando, por acuerdos políticos, le corresponde esta posición al conservatismo.

En términos sencillos el senador Trujillo cambió la jefatura del Partido Conservador por la presidencia del Congreso y el doctor Cepeda renunció a todos los reparos que tenía contra este por su abierto apoyo al gobierno Petro y que durante ocho meses cuestionó públicamente, a cambio de la presidencia del Partido.

Cómo más se puede explicar que el entrante presidente, casi todavía con la mano levantada prestando juramento, saliera atropelladamente a todos los medios de comunicación a decir que el Partido Conservador seguirá siendo partido de gobierno y respaldando todas las decisiones e iniciativas que el presidente del cambio todos los días les anuncia a los colombianos.

En dónde quedaron entonces los cuestionamientos que se le hacían al doctor Carlos Andrés Trujillo por su apoyo a temas que abiertamente van en contra de los principios conservadores y de los pilares que sustentan la ideología del Partido. Cómo así que lo que ayer era malo, hoy ya no lo es y que quien fue el beneficiario de esa perversa feria de prebendas con las que el Gobierno consiguió el apoyo del conservatismo, va a ser el mismo negociante que en nombre del Partido asuma la presidencia del Congreso. 

Acaso lo que importaba no era la entrega de la dignidad del Partido, ni la proscripción de los principios conservadores, sino quién se podía beneficiar de las migajas que el Gobierno Petro le ha tirado al conservatismo y a los partidos y movimientos que lo están apoyando en el Congreso.

Ahora, pues, los unos se repartirán las golosinas que les dé el Gobierno y los otros harán el turno para cuando les llegue la hora de poner al servicio de sus intereses todo el poder del Congreso. Mientras tanto los conservadores que se alcanzaron a ilusionar con que el Partido recobraría la dignidad, tendrán dolorosamente que aceptar que todos pertenecen a la misma especie.

Para estar informado

- Advertisement -
- Publicidad -

Te puede interesar

- publicidad -